Economía de fichas: ¿Qué es y cómo aplicarla?

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La economía de fichas es una técnica de modificación de conducta que se utiliza en psicología infantil para reforzar el comportamiento deseado en niños a través de recompensas. Está basada en la teoría del condicionamiento operante de B.F. Skinner y consiste en otorgar puntos, fichas o pegatinas a los niños por realizar tareas o conductas positivas, que luego pueden ser canjeadas por algún premio.

Se utiliza para promover comportamientos positivos y desincentivar los negativos. Por ejemplo, si un niño cumple con sus responsabilidades en casa, como hacer la cama o recoger sus juguetes, se le otorgará una ficha. Cuando acumule un número determinado de fichas, se le premiará con algún tipo de recompensa, como recibir un juguete o una merienda especial con papá y mamá.

Esta técnica puede ser muy rápida y efectiva en algunos casos, especialmente en niños pequeños, y por eso es una herramienta que se ha utilizado mucho en las consultas de psicología. Sin embargo tiene también sus desventajas

Economía de fichas, ¿la primera opción?

Aunque el sistema de economía de fichas puede, y de hecho suele, ser muy efectivo en algunos casos, no debería ser la primera opción a la hora de ayudar a los niños a desarrollar actitudes positivas ya que es una técnica efectiva en el corto plazo, pero no promueve una verdadera comprensión de la importancia de realizar las tareas o conductas deseadas.

Por otro lado, puede generar una dependencia en los niños hacia las recompensas y no hacia la satisfacción que se obtiene al realizar una tarea correctamente. Asimismo, este programa no promueve la creatividad, la autonomía y la independencia de los niños.

Pero esto no quiere decir que nunca se deba aplicar la economía de fichas en adolescentes o niños. De hecho, se aplica en casos complicados o que necesitan un empujón al principio de un tratamiento. Es también una estrategia estándar en el trabajo con niños con discapacidad cognitiva que pueden tardar más tiempo en interiorizar o comprender algunas normas.

Sin embargo, como regla general no debería ser la primera opción o no se debería aplicar de forma indiscriminada o sin supervisión o asesoramiento de un psicólogo.

La economía de fichas no debería ser la primera opción para modificar el comportamiento de los niños.

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¿Cómo aplicar la economía de fichas?

  • Identificar las conductas a reforzar: es importante definir las conductas que se quieren reforzar de forma clara y específica.
  • Establecer las recompensas: se deben definir las recompensas que se otorgarán a los niños por cumplir con las conductas deseadas.
  • Así como el sistema de fichas: se debe establecer un sistema de fichas, donde se indique la cantidad de fichas que se otorgarán por cada conducta realizada correctamente.
  • Implementar dicho programa: se debe comenzar a implementar el sistema de fichas, otorgando las fichas correspondientes por las conductas deseadas.
  • Canjear las fichas por recompensas: una vez que los niños hayan acumulado suficientes fichas, se les debe permitir canjearlas por las recompensas establecidas.

Aunque así explicado puede parecer sencillo la realidad es que diseñar un programa de economía de fichas o recompensas es complejo y debe realizarse por profesionales ya que hay muchas variables a tener en cuenta como la edad del niño, el tipo fichas o “tokens”, así como la cantidad de fichas a conseguir y el tipo de recompensas.

¿En qué casos es eficaz la economía de fichas?

  • En niños que presentan comportamientos desafiantes o problemáticos y que necesitan un incentivo adicional para modificar su comportamiento.
  • En niños con necesidades especiales, como el trastorno del espectro autista, donde esta técnica puede ser especialmente útil para mejorar su conducta y habilidades sociales.
  • En casos de adicción a la tecnología o videojuegos, donde se pueden utilizar las fichas como incentivo para disminuir su tiempo de uso.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que aplicar la economía de fichas en casa no es una solución mágica y no debe ser utilizada como la única herramienta para ayudar a un niño que tiene problemas de comportamiento. Otras estrategias, como la comunicación efectiva, la empatía y la comprensión, para lograr una modificación de comportamiento sostenible en el tiempo suelen ser más efectivas y, en cualquier caso, mejoran muy significativamente la efectividad de esta técnica si se decide aplicarla.

En la mayoría de los casos, más que una solución mágica o la utilización de recompensas lo que ayuda a un niño a mejorar su actitud y su comportamiento tiene mucho más que ver con que sus padres comprendan cuáles son sus necesidades, cómo se siente y sean capaces de hacer al niño sentirse comprendido, querido y atendido en sus necesidades. En mi experiencia profesional son estas estrategias y no las recompensas lo que les ayuda a sentirse mejor y así mejorar su actitud y comportamiento.

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Alternativas a la técnica de economía de fichas

Existen otras alternativas a la técnica de economía de fichas que pueden ser igualmente efectivas para modificar el comportamiento de los niños, sin generar una dependencia en las recompensas y fomentando una comprensión más profunda de la importancia de realizar las tareas y conductas deseadas. Algunas de estas alternativas son:

  • Reforzamiento verbal: reconocer verbalmente los comportamientos positivos de los niños y elogiarlos por sus logros puede ser igualmente efectivo que otorgar una recompensa tangible.
  • Reforzamiento natural: promover actividades y tareas que sean naturalmente gratificantes para los niños, como hacer manualidades, jugar con amigos o leer un libro.
  • Reforzamiento social: proporcionar oportunidades para que los niños se relacionen y cooperen con los demás, promoviendo así la solidaridad y el trabajo en equipo.
  • Tiempo de calidad: pasar tiempo de calidad con los niños, brindándoles atención, escucha y apoyo emocional puede ser una alternativa efectiva para fortalecer el vínculo entre padres e hijos y promover un comportamiento positivo.

Como puedes ver hay muchas alternativas para ayudar a un niño a mejorar su comportamiento sin utilizar premios o recompensas y la más eficaz suele ser combinar la firmeza y el afecto como nos enseña la disciplina positiva. De hecho, una muestra de afecto en el momento oportuno puede tener un efecto más grande en el comportamiento de un niño que todos los premios del mundo.

Existen otras alternativas que fomentan una comprensión más profunda del comportamiento deseado.

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La disciplina positiva como alternativa eficaz

La disciplina positiva es una alternativa eficaz al programa de la economía de fichas y a otras técnicas conductistas. Se basa en el respeto mutuo, la comprensión y la empatía hacia los niños, promoviendo un enfoque educativo que fomenta su autoestima, autonomía y responsabilidad. La disciplina positiva se enfoca en enseñar a los niños las habilidades necesarias para desarrollar una conducta adecuada, en lugar de simplemente castigar o recompensar por su comportamiento.

En conclusión, aunque la economía de fichas puede ser efectiva en algunos casos, no debería ser la primera opción para modificar el comportamiento de los niños. Es importante utilizar esta técnica de manera complementaria a otras estrategias y tener en cuenta las alternativas que fomentan una comprensión más profunda de la importancia de realizar las tareas y conductas deseadas.

Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.

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