Mi hijo no duerme de noche: Trastornos del sueño infantil

El sueño es fundamental para el desarrollo físico y emocional de los niños. Sin embargo, no siempre es fácil para los padres lograr que sus hijos duerman bien. Si tu hijo no duerme de noche, podría estar enfrentándose a un trastorno del sueño, algo que no solo afecta su descanso, sino también su comportamiento, capacidad de aprendizaje y bienestar general. En este artículo te explicaré los trastornos de sueño más comunes en los niños, sus causas, los síntomas y cómo ayudar a tu hijo a dormir mejor.

Normalidad, dificultad o trastorno del sueño en niños

Antes de continuar leyendo o buscando la causa de falta de sueño en un trastorno del sueño en niños es importante que entiendas la diferencia entre los trastornos, dificultades “normales” en el sueño y los procesos evolutivos normales.

Muchos padres sienten que su hijo tiene un trastorno del sueño si no duerme toda la noche seguida a edades muy tempranas, pero debemos entender que los niños pequeños no duermen como los adultos. El sueño del niño es desestructurado por naturaleza y para la mayoría de niños suele llevar alrededor de tres años tener un sueño estructurado en el que duermen toda la noche. Incluso a esa edad es común que pueda haber despertares ocasionales y visitas a nuestro dormitorio.

También es común que los niños puedan tener dificultades “normales” en distintos momentos del proceso de dormir y permanecer dormidos. Hablamos de dificultades para hacer la transición a la hora de dormir (no se quieren ir  a la cama), dificultades para quedarse dormidos solos (no quieren que te vayas), dificultades para mantener el sueño durante la noche (se despiertan y nos reclaman) o mantener el sueño por la mañana (se despiertan muy temprano). Todas estas dificultades son comunes en los niños y requieren de un manejo emocional eficaz por parte de los padres. Hablamos de trastornos cuando el tipo de problemas es distinto o cuando estas dificultades son muy intensas

Tipos comunes de trastornos del sueño en niños

Los trastornos del sueño en niños pueden manifestarse de diferentes maneras. Los más comunes son:
1. Insomnio infantil
El niño tiene dificultades para conciliar el sueño o mantenerse dormido durante la noche.
2. Apnea del sueño
Se caracteriza por pausas en la respiración durante el sueño, lo que provoca despertares frecuentes.
3. Terrores nocturnos
Los niños experimentan episodios de miedo extremo mientras duermen, lo que los despierta con gritos o llanto.
4. Sonambulismo
El niño camina o realiza otras actividades mientras está dormido.
5. Despertares frecuentes
Algunos niños se despiertan varias veces durante la noche y les resulta difícil volver a dormirse.

Causas del trastorno del sueño infantil

Existen diversas causas que pueden estar detrás de los trastornos del sueño en los niños. Algunos factores incluyen:
– Problemas emocionales:
Para cualquier niño la hora de la noche es una fuente de ansiedad. Se pasan todo el día a nuestro lado y nuestra presencia que tanta seguridad les da durante el día desaparece de noche. Obviamente esta ansiedad es mayor si duerme en su propio dormitorio, pero incluso los niños que comparten cama con sus padres pueden tener dificultades para dormirse porque quedarse dormido significa perder el contacto visual y auditivo con sus padres. Además, la ansiedad o el estrés pueden interferir en la capacidad del niño para relajarse y conciliar el sueño. Cambios en la rutina diaria, problemas en la escuela o en el entorno familiar pueden desencadenar estos problemas.
– Hábitos de sueño inadecuados:
Acostarse muy tarde, no seguir una rutina consistente o el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir pueden afectar el sueño del niño. Por eso seguir una higiene del sueño adecuada es una de las cosas que más ayuda a redirigir las dificultades del sueño.
– Causas médicas:
Es frecuente que la causa de los trastornos del sueño, especialmente en los más pequeños esté asociadas a condiciones médicas. Las más comunes suelen ser las alergias alimentarias (especialmente a la lactosa), el reflujo gastroesofágico (frecuentemente asociada a la anterior) y la apnea del sueño. Este tipo de condiciones médicas suelen provocar despertares nocturnos muy frecuentes (apnea) o muy intensos (alergias y reflujo).
– Sobreestimulación:
Siempre explico a las familias que el sueño que tenemos de noche se prepara durante el día, especialmente en las horas previas a la hora de dormir que deberían facilitar un estado de relajación y calma que facilite el sueño. En este sentido es muy frecuente detectar que las Actividades intensas o excitantes justo antes de dormir, como juegos o pantallas estén detrás de las dificultades del niño para quedarse dormido.

Síntomas de que tu hijo no duerme de noche

Hay ciertos signos que pueden indicar que tu hijo está sufriendo de un trastorno del sueño. Algunos pueden ser significativos cuando su intensidad o frecuencia es muy intensa y otros porque son la consecuencia de la falta de sueño:
– Despertares muy frecuentes o constantes durante la noche.
– Resistencia a ir a la cama que trastoca la vida familiar y reduce las horas de sueño
– Dificultad para conciliar el sueño haciendo que el proceso de quedarse dormidos sea excesivamente largo o produzca ansiedad
– Fatiga o somnolencia durante el día.
– Cambios de humor, irritabilidad o problemas de comportamiento.
– Dificultad para concentrarse en actividades diurnas.
– Somnolencia excesiva en momentos inapropiados, como durante las clases o actividades.

Consejos para ayudar a tu hijo a dormir mejor

Si tu hijo tiene dificultades para dormir o sientes que las rutinas de sueño no están bien establecidas lo más recomendable es realizar un plan completo de sueño para revisar todos los puntos que pueden estar causando el problema y aumentar la estructura y seguridad del niño ya que la ansiedad por separación suele ser el principal causante de estas dificultades para dormir a partir de los 18 -24 meses de edad.  Comprender bien las necesidades del niño y las estrategias y ejercicios que podemos realizar suele ahorrar mucho tiempo y malestar tanto a los niños como a los padres.
En cualquier caso estas son algunas medidas que podrían mejorar su descanso:
1. Establece una rutina nocturna bien diseñada:
Un horario regular para ir a dormir y despertar ayuda a regular el reloj biológico del niño. Actividades relajantes antes de dormir, como leer un cuento o escuchar música suave, pueden ser muy útiles.
2. Crea un ambiente adecuado:
Asegúrate de que la habitación esté oscura o con una luz tenue, tranquila y a una temperatura adecuada. Evita usar pantallas al menos una hora antes de acostarse.
3. Fomenta el ejercicio físico:
Mantener al niño activo durante el día puede ayudarle a dormir mejor por la noche. Sin embargo, evita que haga ejercicio intenso justo antes de acostarse.
4. Limita las comidas pesadas o estimulantes antes de dormir:
Evita alimentos y bebidas azucaradas o con cafeína durante la tarde y la noche.

Mi hijo no puede dormir ¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Si has intentado diferentes estrategias y tu hijo sigue teniendo dificultades para dormir o muestra algunos de los síntomas mencionados, podría ser el momento de buscar ayuda profesional. Considera acudir a un especialista en sueño infantil si:
– Los despertares nocturnos son muy frecuentes o muestra un llanto intenso especialmente durante el primer año de vida
– Sospechas que puede estar sufriendo cólicos o una alergia alimentaria
– Observas que tu hijo ronca de manera frecuente o parece tener dificultades para respirar durante la noche.
– Los problemas de sueño son muy frecuentes o generan un distrés importante en la familia
– El niño tiene cambios de comportamiento importantes, como agresividad o tristeza.
– Los terrores nocturnos o el sonambulismo son recurrentes y afectan el bienestar del niño.
En resumen, aunque es normal que los niños pasen por etapas en las que les cuesta dormir, cuando los problemas de sueño son persistentes y afectan su vida diaria, es fundamental actuar. Un diagnóstico adecuado en casos graves y un plan de acción completo para mejorar las rutinas, estructura y seguridad de niño en casos leves pueden ayudar a hacer grandes progresos y marcar la diferencia en el descanso y calidad de vida de toda la familia.

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