¿Por qué mi hijo llora por todo y qué hacer para ayudarlo?

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Si tu hijo llora por todo, no significa que el niño esté haciendo algo malo o que tenga que ser señalado por sus sentimientos. Puede que esté más sensible, aunque, he de reconocer que la expresión de “está más llorón” suele describir su comportamiento a la perfección.

En este post voy a hablar de los cambios de tolerancia a la frustración que son muy frecuentes en los niños de entre 2 y los 12 años de edad principalmente, y de los niños que, en determinados momentos, lloran más de lo que suele ser habitual en ellos.

Toma como referencia a tu hijo

Como decía, hay niños que lloran por todo en su día a día y otros que apenas lo hacen. Lo que si les ocurre a todos los niños es que tienen etapas en las que lloran más de lo que suele ser habitual en ellos. Son cambios en el patrón del llanto que ocurren de manera más o menos rápida (en el transcurso de un par de días) y que se mantienen durante un tiempo (por ejemplo 4 días o un par de semanas).

Pero siempre que un niño llora lo hace por un buen motivo, ya que el llanto es una respuesta adaptativa totalmente involuntaria que busca siempre reducir el malestar de dos formas.

La primera, reduciendo los niveles de cortisol o la hormona del estrés. Y es que, cuando el niño llora segrega esta hormona junto con endorfinas, (especialmente al final) un neurotransmisor que le ayuda a sentirse más relajado y a reducir la sensación de agobio o angustia.

La segunda es demostrar de forma externa su sentimiento de frustración o incapacidad para pedir ayuda. En este sentido el niño que llora está lanzando un mensaje al mundo porque no sabe cómo actuar, no es capaz de enfrentarse a algo o necesita ayuda.

Por qué tu hijo llora por todo

Si quieres saber por qué los niños lloran sin motivo aparente, ten en cuenta que seguro que ha habido algún cambio que hace que su capacidad de regulación emocional deje de ser la habitual. Así de sencillo. Normalmente hay tres cambios que llevan a los niños a estos periodos de más llanto:

1. Cambios familiares

Me refiero a cambios que afectan a toda la familia y que por tanto alteran el equilibrio que existía entre sus miembros y en las rutinas. Los niños acusan estos cambios más que los de ningún otro tipo porque hacen que su estructura, sus rutinas y, en muchos casos, los puntos de anclaje que le dan seguridad como pasear con su mamá en el supermercado o cenar en su silla con sus dos papás, desaparezcan.

Algunos ejemplos de cambios familiares son un cambio de residencia o mudanza, el nacimiento de un hermanito, una separación o un divorcio. En todas estas circunstancias cualquier niño puede pasar de estar bien adaptado a estar más nervioso o sentirse más inseguro.

2. Cambios en el entorno

Algunos niños son muy sensibles a los cambios y esto hace que adaptarse a ellos suponga un extra de esfuerzo y estrés que hace que su umbral para tolerar la frustración disminuya. Es frecuente que los niños experimenten periodos de más llanto cuando inician la escuela, cuando cambian de profesor o incluso de compañero de mesa en el comedor o en el aula.

Si últimamente tu hijo de dos años no para de llorar es posible que coincida con su adaptación a los cambios estacionales, especialmente en primavera y en otoño, ya que su hipotálamo (la parte del cerebro que regula la temperatura) tiene que hacer un esfuerzo fisiológico considerable para adaptarse a los cambios de temperatura y a los cambios de luz.

Los cambios de estación y el fin de curso suelen ser épocas en las que los niños tienen que hacer un esfuerzo extra por adaptarse a cambios y sobrellevar la fatiga de todo el curso.

3. Cambios en el propio niño

Están los cambios puramente físicos, es decir, las enfermedades. En estos casos es normal que el niño esté algo más sensible si está incubando, pasando o recuperándose de un virus, aunque por lo general los padres somos más sensibles y comprensivos con estos cambios temporales que con los que son más psicológicos y que suelen pasar desapercibidos.

Por ejemplo, cuando está cambiando de etapa y pasa de gatear a caminar, o cuando empieza a tener más autonomía alrededor de los 3 años de edad, el niño experimenta una gran satisfacción al verse capaz, pero a su vez siente inseguridad por no tener tantos apoyos y no tener tanta guía como cuando esas mismas tareas las realizaba acompañado por papá y mamá.

Otra situación complicada es la etapa de final de curso. El cerebro, de forma natural, experimenta un fenómeno que conocemos como habituación, por el que el niño se siente más cansado y aburrido de las tareas rutinarias en la escuela y en casa, y eso hace que le cueste más trabajo concentrarse y mantenerse motivado.

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Qué hacer cuando tu hijo llora por todo

1. Comprender al niño

Si te has visto a tu hijo identificado en alguna de estas circunstancias es posible que ya le estés entendiendo mejor. Recuerda que los niños sensibles que lloran por todo siempre tienen una buena razón para hacerlo, y es posible que estén experimentando inseguridad, angustia o cansancio. Intenta identificar qué ha cambiado en la familia, en el entorno o en el propio niño y ponte en su lugar.

2. Reduce la estimulación en casa

Es importante que en épocas de mayor sensibilidad y cansancio los padres ayudemos a regular el entorno para que no contribuya a la saturación emocional del niño. Podemos hacerlo de muchas maneras, como apagar la televisión (ya que es una fuente de estímulos visuales y auditivos), apagar o bajar el volumen de la radio (estímulos auditivos), intentar que la casa esté un poco más ordenada o reducir el número de visitas de familiares y amigos.

Sin embargo el factor que más desajuste va a provocar y el mayor distractor son las rutinas desorganizadas. En estas épocas es bueno retomar los buenos hábitos y horarios que ayuden al niño a hacer transiciones entre actividades de una forma más sencilla.

Los niños que están pasando por una etapa de más llanto y sensibilidad no necesitan de sus padres más enfados y presiones sino más cariño y calma. 

3. Facilita el descanso

Los niños necesitan dormir muchas horas y cuando están cansados o pasan por épocas de cambios y estrés más aún. En estos casos es muy importante ayudar al niño a regular sus niveles de cansancio facilitando que el descanso sea completo. Una buena higiene del sueño va a facilitar que el niño esté descansado, y si tu hijo de 2 años llora por todo, esto le ayudará a recuperar energías, reducir sus niveles de cortisol en sangre y cerebro, y a recuperar su capacidad de afrontar problemas de forma autónoma.

4. Utiliza la educación en positivo en lugar de la confrontación

En las épocas en las que los niños están más cansados necesitan más apoyo y comprensión. Pero, ¿cómo lograrlo si justo en estos momentos los niños están más difíciles y todo cuesta con ellos mucho más? La verdad es que no es fácil, aunque hay dos palabras que pueden ayudar “Educación positiva”. Conocer las bases de la educación en positivo te va a permitir aplicar la empatía y mejorar la capacidad para conectar con el niño, poner normas y límites positivos que van a facilitar el día a día tanto para tu hijo como para ti.

5. Pónselo fácil (y a tí también)

Un niño agotado no puede hacer lo mismo que podía hacer cuando no estaba tan cansado. Vuelve a las rutinas esenciales y reduce las que no lo sean. Puedes facilitar las cosas al niño, ayudándole a vestirse, a partir la comida, con sus tareas y dándole una dosis extra de mimos y cariños.

¡Pero no te olvides de ti! Los padres también necesitamos reducir el nivel de exigencia durante estas etapas porque sobrellevar el llanto de un niño y hacerle sentir seguro y tranquilo, ya es una tarea suficientemente trabajosa como para cargarnos con un nivel de exigencia en otros ámbitos domésticos.

Como puedes ver son muchas las cosas que puedes hacer si tu hijo llora por todo. Frustrarnos, desesperarnos o atosigar al niño para que se recomponga no suele ayudar. Utilizar la comprensión, la educación en positivo y adaptar el entorno para facilitar el descanso y la vuelta a la normalidad sí.

Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.

4 comentarios de “¿Por qué mi hijo llora por todo y qué hacer para ayudarlo?

  1. Rafael dice:

    Teno una nieta a la que las rabietas con llanto persistente, le duran más de una o dos horas. Su madre, “intenta”, “razonar”, con ella, pero no sirve para nada. Así que cuando le da una de esas rabietas, que suele ser dos veces al dia, ya sabemos lo que nos espera.

  2. Francisca Castillo dice:

    Mi hijo tiene 3 años llora todo el día no se despega de mi empezó una semana y no ha parado de llorar se pega en su cabeza yo estoy cansada no me deja salir a comprar y cuando salgo con el no llego ala esquina por qué llora y se tira al suelo y llora con grito estoy desesperada va a cumplir 4 años ayuda

  3. krissby dice:

    Hola muy buenos días, que interesante este artículo. Casualmente estamos pasando por una situación algo similar. Mi hija acaba de cumplir 10años. Está en 5to grado. Y tiene alrrededor de 15dias que llora mucho. Efectivamente este nuevo comienzo escolar, tuvo muchos cambios. Es una nueva profesora y un nuevo salón. Pero lo que más me preocupa, es que por situación económica y de distancia. La niña desde el pasado año escolar se queda con mi mamá los días de semana y los fines de semana está con nosotros ( mamá y papá) . Todo estaba normal, “entre lo anormal” que ya es tener que vivir en la semana con los abuelos. Pero en este año escolar, es donde se ve que llora mucho, me dice que quiere estar con nosotros todos los días. Que no le importa tener q levantarse a las 3am para poder viajar a Caracas ( Venezuela) para llegar a la hora del la entrada al colegio. Todos sabemos que es difícil y que se va agotar aún más con la viajadera. Pero está en esa etapa que lo que quiere es estar conmigo. No se quiere separar de mi. No tanto con el papá es conmigo. Dice q ella ama a sus abuelitos y le gusta estar allá. Pero que lo que quiere es estar conmigo. No sé si esto también. Puede estar pasando xq esta cambiando de niña a preadolescente? Ojo cuando está conmigo me dice ” mamá no entiendo si estoy contigo y con mi papi, xq sigo teniendo tantas ganas de llorar y de angustia”. Es complicado y me siento frustrada y agotada. Xq siento que estoy haciendo de todo, me qdo con ella uno q otro día en la semana, le hago cariño y trato q su fin de semana con nosotros sea genial. Y aún así ella sigue con los llantos.

  4. andres tapasco dice:

    Buenas noches,

    Que excelente texto, ayuda a fortalecer las emociones como padre, felicitaciones por su contribución a los padres

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