Aplicar la disciplina positiva en la pareja puede ser todo un desafío. De hecho, las preguntas más frecuentes que recibo de padres y madres que se han iniciado en la disciplina positiva tienen que ver con las dificultades relacionadas con aplicar la disciplina positiva en pareja.
En este post vamos a abordar algunas de estas dificultades y cómo podemos abordarlas para que no supongan una dificultad añadida a la ya de por si complicada tarea de educar a los hijos y tener una vida familiar armónica.
¿Qué beneficios tiene la disciplina positiva en la pareja?
Me gusta empezar explicando esta pregunta porque para muchas parejas la principal dificultad tiene que ver con que no comprenden o con que uno de los dos miembros de la pareja no conoce qué es la disciplina positiva y qué beneficios tiene para sus hijos. La disciplina positiva es una corriente educativa desarrollada desde la psicología que se desarrolló para ayudar a los padres a desarrollar una conexión positiva con sus hijos y ser capaces de poner límites y normas sin gritos ni castigos.
El principio de la disciplina positiva es que los niños aprenden mejor y desarrollan una mejor autoestima cuando sus padres son capaces de educarles con firmeza y cariño. Más allá de una moda, los principios de la educación en positivo en sus distintas modalidades o enfoques tiene un amplio respaldo científico y recientemente la Asociación Americana de Pediatría publicó un documento en el que ratificaba que el trato brusco hacia los niños (incluidos los azotes, amenazas o castigos) tienen un impacto negativo en el desarrollo emocional, social y comportamental del niño y en el que animaba a los padres a aprender estrategias positivas para corregir a sus hijos y ayudarles a interiorizar límites y normas.
¿Es importante que los dos miembros de la pareja sigan los principios de la disciplina positiva?
La coherencia y consistencia es una gran ventaja tanto para las familias que quieren enseñar normas a sus hijos como para los niños que tienen que aprenderlas.
La consistencia permite que los niños aprendan más rápido y reduce los conflictos y malentendidos en la familia. Sin embargo, en todas las familias, incluso en aquellas en la que los dos miembros se forman en educación y disciplina positiva nos vamos a encontrar situaciones en las que no somos del todo consistentes.
Por decirlo de otra manera; en un mundo ideal la consistencia y la coherencia son muy positivas, pero en el mundo real nunca vamos a ser totalmente consistentes o coherentes. Siempre hay pequeñas discrepancias, variaciones y disparidad de criterios a la hora de corregir o educar a los hijos y esto no tiene por qué ser necesariamente malo.
De hecho, si esa variabilidad es pequeña puede ayudar a los niños a ser un poco más adaptables y flexibles.
La Asociación Americana de Pediatría recomienda a los padres a aprender estrategias positivas para corregir a sus hijos y ayudarles a interiorizar límites y normas sin gritos ni castigos
¿Qué ocurre cuando uno de los miembros de la pareja sigue la Disciplina Positiva y el otro miembro no?
La verdad es que esta es una situación bastante común. La mamá (o el papá) comienza a interesarse por la disciplina positiva, lee libros o realiza un curso y su pareja no muestra ni el más mínimo interés en el tema.
En muchos casos, la falta de interés va más allá y la pareja está en contra de una forma de educar que, a priori puede parecer blanda o falta de firmeza. Esto provoca muchas situaciones difíciles en las que un progenitor corrige al niño con paciencia o comprende que el comprotamiento del niño es un comportamiento normal mientras que su pareja insiste en regañarle o castigarle, a veces incluso de forma brusca.
¿Cómo puedo conseguir que mi pareja eduque en positivo?
Esta es la pregunta que más veces me hacen en mis talleres y conferencias de Educación en Positivo. No hay una respuesta fácil. Por ese motivo a mi me gusta recordar a los padres y las madres que realmente no podemos obligar a nadie a seguir nuestro camino, aunque si podemos utilizar
7 estrategias que suelen ayudar a muchos padres que se interesan por la educación en positivo a involucrar a sus parejas menos interesadas en un principio.
1. Acepta que no puedes cambiar a nadie
Una de las cosas en las que la disciplina positiva pone el acento es en recordarnos que no podemos hacer que nadie cambie a la fuerza. Por ese preciso motivo no podemos “obligar” a nuestra pareja a educar en positivo o inscribirse en un curso de Disciplina positiva. Aunque sí podemos con nuestra actitud mostrarle un camino que le ayude a darse cuenta de muchas cosas y aprender estrategias y habilidades que le pueden ayudar.
2. Comprende que los dos estáis en el mismo camino
Una cosa que ayuda a muchos padres es comprender que todos estamos en el mismo camino; el camino de aprender a hacer las cosas mejor. Es posible que tu hayas leído más artículos en internet o visto más vídeos en redes sociales acerca de la educación en positivo. Sin embargo, la realidad es que todos tenemos camino recorrido y camino por recorrer.
En este sentido es importante que te des cuenta que, posiblemente tu pareja ya ha hecho muchos cambios y progresos desde el modelo de educación que recibió de sus padres. Es posible que grite de vez en cuando pero que no de azotes o tortazos como los daban sus padres. Es posible que les dedique poco tiempo, pero que esté más implicado o implicada de lo que estuvieron sus padres. Es posible también que sea brusco a veces pero también infinitamente más cercano y cariños de lo que sus padres fueron cuando lo educaron.
- Reconoce los puntos en los que está educando de una forma más positiva de lo que le educaron a él o ella.
- Dale valor por todos los progresos que ha realizado y explícale cómo eso beneficia a vuestros hijos
- Recuérdale que él o ella ya ha comenzado el camino y que tú estás esperándole con mucha ilusión
3. Comprende que cada uno tiene un punto de salida distinto
Algunos padres han sido criados con grandes dosis de amor y comprensión, otros ha sido criados de una forma mucho más ruda y eso puede marcar una gran diferencia en nuestras creencias, nuestros valores y nuestro punto de partida a la hora de educar. Por otro lado algunos padres y madres han comenzado a escuchar acerca de la educación en positivo hace más tiempo que otros y eso también marca una diferencia.
- Dale tiempo
- No esperes que cambie su actitud de un día para otro
- Dile que es normal que necesite un poco de tiempo
- Explícale el cambio que está suponiendo para tí
4. Comparte tus conocimientos con tu pareja
Como hemos visto la disciplina positiva nos recuerda que no podemos cambiar a nuestra pareja. Sin embargo eso no quiere decir que no podamos compartir nuestros conocimientos. En este sentido es importante que recuerdes que a ti también hubo una información, un post o una publicación en redes sociales que te ayudó a hacer click o interesarte por la educación en postiivo.
- Comparte los posts que te parezcan interesantes
- Háblale de lo que has aprendido
- Comparte algún dato científico sobre las consecuencias de los castigos
La mejor manera de conseguir un cambio de actitud o una mayor colaboración en la pareja es fortaleciendo el vínculo entre los dos
5. Fortalece vuestra relación
Al igual que ocurre con los niños la mejor manera de conseguir un cambio de actitud o una mayor colaboración en la pareja es fortaleciendo el vínculo entre los dos. Cuando tenemos una conexión auténtica y genuina con un niño o con nuestra pareja la probabilidad de que la otra persona nos escuche y tenga una mente abierta para aceptar un mensaje nuevo o estar abierto a un cambio aumenta significativamente.
- Busca momentos de conexión
- Reduce las críticas
- Aumenta los comentarios positivos
- Dile lo importante él o ella es para tí
6. Muéstrale cómo se hace
Un obstáculo que impide que muchos padres y madres tengan dificultades para dar el paso hacia la educación en positivo es que sienten la responsabilidad de educar y, precisamente por eso no son capaces de soltar una rama (como por ejemplo los castigos) hasta haber agarrado con fuerza otra (como la educación en positivo). Para muchos padres este no puede ser un salto de fe porque necesitan pruebas de que la educación en positivo funciona y alguna muestra de cómo se hace. Por ese motivo a muchos padres les ayuda ver el ejemplo de su pareja. Y este ejemplo puede ser algo que ponemos en práctica con los niños, pero también son situaciones que la pareja puede vivir en primera persona.
- Agradece cuando haga algo positivo o veas un cambio de actitud
- Cuando sientas que se ha equivocado al regañar a los niños, en lugar de recriminarle, muéstrate comprensivo (y pregúntale después cómo se sintió con esa actitud comprensiva)
- Cuando se pase de la raya ayúdale a calmarse con palabras amables y comprensión (y pregúntale si tu calma le ayudó a sentirse mejor).
- Cuando se muestre frustrado o frustrada escúchale con amor y dale un abrazo (y pregúntale cómo le hizo sentir).
Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.