El inicio de las vacaciones es un momento ilusionante tanto para niños como para padres. Sin embargo, los padres experimentados sabemos que las primeras semanas sin cole pueden ser también un poco difíciles. El aburrimiento, la cantidad de tiempo conviviendo entre hermanos, el cambio de rutinas, el calor y la falta de estructura puede provocar un auténtico cortocircuito cerebral que haga que los días más esperados del año se conviertan en los más difíciles. El año pasado, después de 3 días de vacaciones, los ánimos de los niños estaban ya muy caldeados y tuvimos que hacer un plan de choque de 10 pasos. Este año hemos decidido adaptarlo para aplicarlo antes de que empiecen los problemas, porque si algo sabemos es que para evitar las discusiones y los enfados la mejor estrategia es la prevención.
Si tienes un bebé puede que este post no te aporte nada, pero si tus hijos ya tienen 2 ó 3 años y sobre todo si hay más de uno en casa estos diez pasos pueden ayudar a prevenir las dificultades típicas de las primeras semanas de vacaciones.
1.Horario y organización: Fijaos una hora de despertar, una hora de comer, una hora de salir de casa, una hora de cenar y una hora tope para dormir. Todo muy relax y vacacional pero bien organizado y claro. No se trata de que ya durante la primera semana les despiertes con la corneta a las 5 de la mañana, pero sí que vayáis dando una forma a unos horarios y rutinas.
2.Rutinas: El juego libre es esencial en el desarrollo del niño, pero si todo el día se limita al “haz lo que quieras” el niño pronto se quedará sin ideas o necesitará algo más de movimiento. Unas rutinas sencillas ayudan al niño a organizarse mejor. Por ejemplo el año pasado organizamos una rutina que incluía ir a la compra por la mañana, después de la siesta pusimos la merienda y leer, o, por ejemplo, antes de la cena el baño (que lo habíamos dejado un poco olvidado). La verdad es que funcionó.
3.Pon negro sobre blanco: Hicimos un pequeño horario (en papel) con las rutinas del día. Las pequeñas no lo podían leer (porque no saben) pero pusimos dibujos y ellas mismas se encargaban de pedir al mayor que se lo leyera cuando las olvidaban
4.Movimiento y aprendizaje: El ejercicio físico es una necesidad fisiológica de los niños pequeños, por eso una de las primeras rutinas de la mañana (antes de que haga mucho calor) es ir a comprar el pan y la fruta. Eso permitía que la primera hora de la mañana estuvieran en movimiento en lugar de estar tumbados en el sofá viendo la tele o esperando la hora de la piscina. El aprendizaje y la exploración es otro instinto primordial por eso introducimos periodos de dibujo, lectura de cuentos y otras actividades y estrategias como las que encontraréis en la sección de desarrollo intelectual del curso online que ayudan a que los niños sientan esa necesidad satisfecha.
5.Responsabilidades: El cerebro del niño disfruta haciendo cosas útiles. Asignamos a cada uno de ellos unas responsabilidades relacionadas con hacer sus camas, poner la mesa, recogerla y ayudar en la cocina. Estaban encantados de ser los “encargados” de sus tareas. De hecho cuando detectamos conflictos les dimos más responsabilidades; cuando veíamos que estaban chinchones o aburridos, no esperábamos a que se armase. Les pedíamos que hicieran algo útil. Podía ser ir a preparar la merienda del resto, o acompañar a mamá a echar gasolina al coche. Cualquier actividad les parecía buena idea.
6. Normas claras para los días de vacaciones: Una cosa curiosa de las normas es que pueden perderse fuera de contexto. De alguna manera cuando nos vamos de vacaciones parece que no hace falta lavarse los dientes o que no hay que salir de casa a una hora determinada. Recordar las normas en los temas que nos parecen importantes ayuda mucho.
7. La siesta ese gran invento!!!. Nunca había entendido porqué la siesta es el gran invento español hasta este verano. Es muy posible que si tus hijos no echan siesta (con todo el desgaste que supone el calor, la piscina o la playa) lleguen a la tarde con la rabieta y el cansancio a flor de piel. La siesta es fundamental; les ayuda a descansar y les permite afrontar la tarde con otro ánimo. Mi recomendación; instaura la siesta desde el primer día.
8. Divide y vencerás: Conseguir que los niños se echen la siesta en el mismo cuarto puede ser muy complicado porque se pueden excitar los unos a los otros. El año pasado pusimos un rato de descanso después de comer. El primer día todos juntos; no se durmió nadie. El segundo día todos separados; se durmieron los tres. También puedes dividirlos en otros ratos del día si ves que hay uno que está especialmente energético o chinchón…A nosotros nos suele funcionar; el que está más enredón se viene conmigo a hacer algún recado y los otros dos se quedan más tranquilos.
9. Tiempo fuera: Los padres también necesitamos tener algún momento libre a lo largo del día. Si uno de los miembros de la pareja se va a pasar el día entero con los niños, puede ser de gran ayuda que su pareja le releve y se pueda tomar una hora de desconexión total, tumbado en la cama, salir a hacer un recado, irse a leer a la playa o piscina. Ese ratito dará un poco de aire y salvará alguna situación en la que la tensión hubiera sido demasiado alta.
10. Repasa con ellos la noche de antes lo que va a ocurrir al día siguiente. Tener en mente lo que va a ocurrir al día siguiente puede ser realmente un salvavidas. Ayuda a los niños a interiorizar las rutinas, a estar preparados para lo que va a ocurrir al día siguiente y estar más tranquilos.
Por: Álvaro Bilbao. Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres“
Un articulo muy interesante. Muchas gracias por la información. Un cordial saludo.
Voy a intentar aplicarlo desde ya. El año pasado nos costó 10 días entender que el peque estaba sobrepasado de descontrol