Ser padre o madre no es fácil. Ser un padre o madre feliz es más difícil todavía. Además del esfuerzo y dedicación que conlleva la crianza, hay muchas creencias que acompañan a los padres acerca de la maternidad y paternidad o simplemente acerca de lo que en su cabeza configura una familia ideal que pueden provocar tensiones e infelicidad. Soy un convencido de que la paternidad es una de las etapas más hermosas y felices de la vida y por eso os traigo 8 ideas que conviene olvidar para ser un poquito más feliz en tu vida como padre o madre.
1.Tu necesidad de que todo salga perfecto
Los cineastas siempre dicen que lo más difícil es trabajar con animales y con niños porque no escuchan, no obedecen y siempre tienen ocurrencias y necesidades que van en contra del guión. En la vida familiar pasa exáctamente lo mismo. Acepta que las cosas no saldrán siempre como quieres y no intentes salirte siempre con la tuya.
2.Cómo se hacían las cosas en tu familia
Tener un buen modelo familiar ayuda a criar y educar a los hijos. Pero si quieres disfrutar tu propia familia no podéis vivir anclados en vuestro pasado, ni imponer las costumbres de tu familia a tu pareja (y a tí mism@). Estás comenzando una nueva aventura y en esta aventura las únicas reglas que cuentan son las vuestras. Tus hijos crecerán más felices en un hogar en el que el padre y la madre hayan puesto cada uno tanto de su herencia familiar como de su cosecha particular.
3.Culpa
La culpa no es un buen compañero de viaje en cuanto a la crianza de niños se refiere. Culparte a ti, no te ayuda a ser feliz; todos los padres cometemos errores y resulta tan natural como educativo, por lo que lo más conveniente es aceptarlos con naturalidad y mirar adelante. Hacer sentir culpa a tu pareja o hijos tampoco te ayudará; sólo conseguirás sembrar en ellos inseguridad, remordimientos y rechazo hacia tí.
4.Decisiones unilaterales
Te guste o no, ahora compartes tu vida con otras personas, por lo que la mejor manera de mantener la paz es intentar llegar a acuerdos. La capacidad de una pareja de comunicarse y llegar acuerdos es uno de los factores que mejor predice la felicidad y estabilidad de la propia pareja, por lo que si estos son tus puntos débiles, quizás tengas que trabajarlos con ayuda de tu pareja.
5.Lo que hacen en otras familias
Cada familia es un mundo y cada familia tiene sus propios problemas. Hay familias que, detrás de una apariencia perfecta esconden auténticos dramas. Algunos padres apuestan por enseñar chino al niño antes que su lengua materna, otros pasan horas y horas en el parque, unos fomentan el deporte y la competición, otros el arte, otros el juego libre. No intentes ser como los demás; simplemente busca el estilo de educación y organización familiar que se ajuste a vuestras necesidades y forma de ser. Posiblemente sea el que mejor os siente a todos!
6. Los reproches y mensajes negativos
Pocas cosas dañan tanto la relación con la pareja o los hijos como el reproche. El reproche suele ser el cúmulo de ilusiones y expectativas frustradas volcadas en la otra persona y no sirven para mejorar las cosas. Ni tu pareja, ni tus hijos son perfectos y por lo tanto lo natural y saludable es que se equivoquen. La responsabilidad de tu felicidad no está en lo que hagan los demás sino en tu capacidad para mejorar y aceptar tanto tus errores como los de los demás. Si tu realidad es demasiado difícil para aceptarla tu mayor responsabilidad es buscar ayuda para salir de ella.
7.La idea de que hay que ser un p/madre abnegado
Si eres un padre o madre abnegado, ya puedes parar. Los niños necesitan mucha atención, trabajo y esfuerzo, pero no necesitan una imagen de un padre que sacrifica todo por ellos. Los padres que más se esfuerzan muchas veces son los más malhumorados con sus hijos y es que el sacrificio mantenido en el tiempo fácilmente se transforma en mala leche..Tus hijos necesitan (después de sus cuidados fundamentales) verte feliz, observar que disfrutas de la vida y que la relación de sus padres es una relación feliz y sólida sobre la que poder crecer con seguridad.
8. La forma de educar que aprendiste de tus padres y profesores
Si naciste en la década de los 70 u 80 puede que hayas “mamado” un modelo de educación basado en ideas pedagógicas de la revolución industrial. Durante esa época, se buscaba uniformidad y control (inspiradas en las fábricas) y los castigos y gritos eran la forma de controlar a los que no cumplían la “norma”. Y la razón de que esta forma de educar no te vaya a hacer sentir feliz es doble; (1) Porque castigar, enfadarse y gritar a nuestros propios hijos no hace sentir bien a nadie y (2) porque son estrtategias antiguas y poco efectivas para ayudar a los niños a aprender, por lo que los problemas vuelven a surgir una y otra vez provocando malestar y desesperación… La verdad es que no se cómo hicieron las cosas en tu casa, pero ahora que tienes una familia lo mejor que puedes hacer es construirla sobre unos cimientos firmes como son la educación y el respeto. A veces no es una cuestión de voluntad sino de habilidades. Si crees que te vendría bien aprender a desarrollar un estilo de educación positivo sin gritos ni castigos puedes echar un vistazo a mi curso online que ya ha ayudado a más de 50.000 familias!
Si algo de lo que has leído te ha calado medita sobre cómo lo puedes mejorar y compártelo para ayudar a otros padres como tu!
Por Álvaro Bilbao – Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres” Plataforma Editorial
Buen día Álvaro! Quisiera poder agendar una consulta vía Zoom ¿Será posible? ¿Qué costo tiene? Yo me encuentro en Perú, estaré atenta a su confirmación. Gracias!
Muy de acuerdo con todo excepto en que en la década de los 70 y 80 se educaba a los hijos con gritos y castigos. Yo no he gritado ni castigado a mis hijos como base de su educación, pero un comentario en voz demasiado alta lo hice a veces como se hace ahora por que los niños a veces te sacan de quicio y somos humanos. No podemos ser padres robot programados para hacer todo perfecto. Y un castigo (no corporal, por supuesto) es muy necesario. Eso no quiere decir que fuera el lema de los padres de los 70 y 80. A veces parece que sólo los padres actuales y los métodos actuales sean los válidos y lamentablemente tenemos una sociedad con niños cada vez más difíciles y rebeldes.