10 cosas intrascendentes y casi imposibles que los padres nos empeñamos en intentar conseguir

intrascendentes

1. Llegar al trabajo sin marcas de mocos

Es una gran ilusión que solo se consigue cuando el niño alcanza los 3 años aproximadamente. La mejor alternativa  es no llevar ropa oscura o ponerte la ropa elegante cuando dejes a los niños. Cuando tengo alguna conferencia importante siempre intento ponerme la chaqueta una vez he dejado a los niños en el cole.

2. Que no deshagan el papel higiénico

Si eres de mi generación posiblemente pienses que lo de desenrollar el papel higiénico se lo inventó el perrito de Scotexx, pero la realidad es que los niños pequeños lo hacían antes del anuncio y lo seguirán haciendo mientras haya papel higiénico. No sabemos lo que es pero eso de desenrollar es algo que les fascina. Intenta dejar el rollo lejos de su alcance, pero suficientemente a mano como para alcanzarlo cuando tu lo necesites. Yo todavía no he descubierto la fórmula mágica, pero no me importa recogerlo con ellos de vez en cuando.

3. Contener las rabietas de alguna forma

La vida está hecha de ilusiones y pensar que vamos a poder chascar los dedos y hacer que la rabieta se pase es una de las más recurrentes entre papás y mamás. En realidad sabemos que las rabietas forman parte del desarrollo normal. Al igual que el gateo es una etapa para llegar a caminar por sí mismo, las rabietas son un paso para llegar a decidir por sí mismo. A pesar de que las rabietas no se pueden controlar con un chasquido de dedos, si hay algunas estrategias que pueden ayudar. Si quieres conocerlas haz click aquí.

4. Intentar que los niños se vuelvan a la cama

Si uno de tus hijos se despierta a las 7 de la mañana olvídate de convencerlo para que se vaya otra vez a la cama. Puede que seas capaz de meterlo en tu regazo, pero es muy difícil que vuelva a dormirse. El cerebro del niño le despierta cuando siente que ha dormido lo suficiente o cuando la ilusión por jugar o ver los dibujos es más fuerte que su necesidad de descanso.

5. Que un bebé no se descalce en el coche

Sabemos que los bebés necesitan descalzarse porque el contacto de sus pies desnudos con el suelo estimula el  su deseo de moverse y caminar. A tu cerebro de adulto le puede parecer una inconveniencia social pero es un instinto tan natural como echarte los brazos cuando te ve o chuperretear todo lo que pilla.

6. Que la casa esté recogida

Que una casa con niños esté ordenada en todo momento es como que un patio de colegio rebose silencio en el rato del recreo. Los niños juegan, experimentan con los objetos de la casa y dejan las cosas en el suelo porque es la superficie de trabajo ideal para su altura. Es bueno que los niños aprendan a guardar y ordenar cuando terminen, pero en edades tempranas el orden no debería estar nunca por encima del juego.

7. Que todos los muñecos lleven ropa

Si los juguetes tuvieran conciencia, se organizarían, crearían un sindicato, escribirían leyes que les defendieran o elegirían un “defensor del juguete”, aunque todo eso no serviría de nada, porque para los niños pequeños destrozar y experimentar es parte del juego. Puedes intentar poner algo de orden, pero sin lugar a dudas mientras haya niños pequeños los juguetes están en riesgo.

8. Que el baño no acabe inundado después de bañarles

Es un anhelo bonito, pero irrealista e incluso cruel. El chapoteo está protegido por la Unesco como patrimonio de la infancia. No se exáctamente en que documento está reflejado pero estoy seguro que lo he leído…ya lo encontraré y lo compartiré otro día… ,-)  Lo más práctico para no acabar tirándote de los pelos es moderar un poco la locura chapoteadora, poner toallas al borde de la bañera y dejar una fregona dentro del cuarto de baño.

9. Que no haya marcas de dedos

Puedes pasarte el día con la bayeta o contratar una persona que os ayude con la limpieza, en cualquier otro caso…Sigue soñando.

10. Que los niños no pidan un vaso de agua

Es ley de vida. Cuando un niño te pide un vaso de agua realmente quiere decir…”Quiero saber que vendrás si te necesito”. Si les das el vaso nada más terminar de lavarse los dientes, te pedirán cosquillas o un masaje. Es parte del papel de papá o mamá volver a la cama al menos una o dos veces.

Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.

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