Los abuelos suelen ser la primera pérdida de un ser querido al que se tienen que enfrentar nuestros hijos. Aunque como me gusta decir siempre, los abuelos no se pierden porque se quedan con nosotros toda la vida. No es una metáfora, la realidad es que si ahora mismo cierras los ojos y piensas en tus propios abuelos te darás cuenta de que siguen muy vivos en tu corazón. ¿No es así?
A grandes rasgos podemos decir que tanto niños como adultos estamos preparados psicológicamente para superar la pérdida de un ser querido, aunque para ello es necesario que podamos expresar nuestros sentimientos y pasar el duelo.
En este sentido, es muy importante que entendamos la muerte como parte del ciclo de la vida; porque perder a un ser querido es doloroso, pero es natural e inevitable. Y por eso debemos perder el miedo y el tabú que en nuestra sociedad tenemos asociado. En otras palabras, una de las mejores lecciones que puedes dar a tus hijos cuando fallece un ser querido es que la muerte forma parte de nuestras vidas.
Niños de menos de dos años
Antes de cumplir los dos o incluso tres años los niños no tienen suficientemente desarrollada su propia conciencia o la conciencia de permanencia y significado como para entender bien la pérdida de un ser querido.
Pueden llorar si nos ven tristes o acordarse y preguntar repetidamente por el abuelo o la abuela que ya falleció, lo cual a veces es doloroso para los padres. En estos casos, es importante compartir esa pena con el niño, explicarle que papá o mamá estamos tristes porque el abuelo ya no está. Por que se ha muerto.
A continuación, te he preparado algunas pautas muy sencillas que todos podemos seguir sobre cómo explicar la muerte a un niño. La forma concreta de hacerlo puede variar en función de la edad de tu hijo, del fallecimiento y de nuestras creencias religiosas. Pero a grandes rasgos estas pautas pueden ayudar a cualquier niño que ya tenga más de dos años.
Niños de más de dos años
Primero prepara a tus hijos
Hoy en día los abuelos no se suelen morir de la noche a la mañana sino que su pérdida suele ser el fruto de días, semanas o a veces meses de un deterioro físico o mental.
Si este es tu caso, es importante que prepares a tus hijos para la pérdida. Siempre es menos traumático despedirse poco a poco que de forma brusca.
No es necesario decirle a tu hijo que el abuelo se va a morir, aunque sí que está muy malito y que todos estamos muy preocupados. No obstante, el niño puede preguntar si se está muriendo o no, pero en cualquier caso su cerebro se irá preparando para una posible pérdida.
Piensa cómo se lo vas a decir
Esto es algo que muy pocos padres piensan pero que es, posiblemente lo más importante que podemos hacer para ayudar al niño.
Los niños recuerdan con mucho detalle el quien, cuando, como y donde le dijeron que había fallecido el abuelo o la abuela. Y existe una gran diferencia entre conocer la noticia de una forma u otra.
En especial, es importante evitar que el momento de comunicar una muerte a un niño se convierta en un momento de discusión. No debes olvidar que los padres estarán lógicamente tensos y tristes y si no planificamos de antemano cuando, donde y como se lo vamos a decir es fácil que surjan discusiones.
Es muy importante preparar con antelación el momento de decírselo al niño para evitar malos entendidos o conflictos entre los padres que, como es natural, estarán ya nerviosos por la situación que están viviendo.
– Busca un lugar tranquilo donde podáis estar solos, un espacio en el que podáis conversar sin interrupciones. Puede ser en vuestro dormitorio, puede ser en un parque cerca de casa donde podáis sentaros en un banco, o en un lugar especial donde os gustara ir con el abuelo. Solamente un espacio y momento tranquilo os dará la calma para explicar y escuchar la situación de forma adecuada.
– Elije la hora del día para que el niño procese la información. Si está muy cansado o la noche está cerca puede sentirse más asustado, por lo que si el abuelo fallece justo antes de irnos a dormir, puede ser buena idea dejarle descansar y decírselo a la mañana siguiente.
– Apaga todos los dispositivos electrónicos (incluido el tuyo) para que el niño sienta que tiene toda nuestra atención y disposición para atenderle. ¿Te imaginas que mientras un cirujano te está contando que acaba de fallecer tu padre en el quirófano le suena el móvil y se pone a conversar con alguien por WhatsApp? Pues en este caso tu eres el cirujano y tu hijo es el familiar más cercano.
– Elije quién y cómo se lo va a decir para saber quién va a empezar y cómo responder a las preguntas del niño. En este sentido, toda la coordinación que pueda haber en los padres se transmitirá en calma y seguridad.

Explica las cosas tal y como son
Evita utilizar términos difusos o vagos como “El abuelo se ha ido de viaje”, “La abuelita se ha marchado” porque van a confundir a tu hijo. Explica con realismo y naturalidad lo que ha ocurrido. “Cariño, el abuelito se ha muerto” o “El abuelito se ha ido al cielo” pueden ser frases claras para un niño.
A muchos les sorprenderá que ir al cielo sea una respuesta adecuada siendo algo tan discutible. Lo importante es que el mensaje indique claramente que el abuelo no volverá, e ir al cielo es una circunstancia que supone ya no está entre nosotros.
Escucha y valida sus emociones
Es fundamental que, una vez trasladada la noticia, seamos capaces de escuchar todas las preguntas con atención, para responderlas con amor y cercanía, y validar así todos sus sentimientos.
Al explicarle la muerte a un niño, algunos se pueden poner a llorar de inmediato. Otros, sin embargo, pueden tener una reacción de indiferencia.
Pero todos son mecanismos normales para manejar el sentimiento de pena, por lo que no debemos presionar ni culpabilizar a ningún niño.
Evita decir al niño cómo se tiene que sentir
“No llores”, “No te preocupes”, “No sientas pena”, “No pasa nada” son frases que no deberían aparecer en esta conversación. “Llora”, “Es normal que te sientas triste”, “Da mucha pena”, “Te entiendo”, “Papá y mamá estamos aquí para ayudarte” son frases que no deberían faltar.
Si al niño le cuesta mostrar sus emociones
Aunque nunca debemos forzar al niño puedes ayudarle a expresar sus propias emociones. Para ello hay dos estrategias que funcionan bien. La primera es mostrar las tuyas. La segunda, explicarle cómo se sienten otros niños en esa misma situación. Recuerda que expresar las emociones es la mejor manera de superar la pérdida y evitar miedos o traumas.
– Muestra tus propias emociones con la mayor calma posible: Es importante que los niños escuchen frases como: “Estoy muy triste”, “Me da mucha pena no volver a ver al abuelo”. Estos sentimientos expresados de los padres pueden ayudar a tu hijo a conectar con sus propios sentimientos y entender con normalidad el duelo que pasamos cuando fallece un ser querido.
– Comparte los sentimientos de otras personas: Puedes utilizar frases como por ejemplo: “Muchas personas sienten pena cuando se muere su abuelito”, “A muchos niños les pasa que no saben que decir”, “Es normal sentir pena”, “Llorar ayuda a sentirnos más cerca de nuestros sentimientos”, “Otros niños sienten mucha pena, pero no les sale llorar”
Que participe de las ceremonias
Es la pregunta más frecuente que me hacen los padres y mi respuesta es: “Sí, siempre que te parezca bien.” Soy partidario de que los niños participen en las ceremonias, en el funeral o el entierro, e incluso que puedan estar en el tanatorio en algunos momentos. Es importante naturalizar la muerte entre los niños y darle la importancia que tiene.
Además, por la experiencia de muchos padres, les suele aportar confort compartir esos momentos con sus hijos pequeños, ya que es una bonita manera de dar continuidad a la vida de la persona fallecida.
Intentad mantener vivo el recuerdo
Para que la pérdida se procese bien a nivel emocional no basta con llorar una vez. Es importante que revivamos el recuerdo en distintos momentos durante las siguientes semanas. En este sentido, hay cuatro actividades que suelo recomendar a los padres de niños pequeños (y no tan pequeños) que pueden hacer para mantener el recuerdo presente.
– Encender una vela todas las noches durante una semana o dos para recordar al abuelo o abuela fallecidos. Es algo que puede tener una connotación religiosa o simplemente espiritual, pero que a los niños pequeños les gusta mucho y que les permite tener presente la memoria del abuelito y poder sentir que la pérdida física no tiene por qué corresponderse con la emocional.
– ¿Te acuerdas de esa vez? Este es un juego ideal para hacer a la hora del desayuno o de la cena. Hablar de las cosas que recordamos del abuelo, rememorar las historietas es algo que les va a ayudar a consolidar la pérdida a la vez que les permitirá guardar un bonito recuerdo de su abuelo.
– Elegir una foto del abuelo y nieto que podemos enmarcar y ponerla en un lugar de su habitación. Otras veces se eligen fotos en las que salga toda la familia. En cualquier caso, hacer la tarea de colocar esa foto especial en un lugar especial va a hacer que el niño tenga presente al abuelo y pueda hablar de sus emociones.
– Plantar un árbol, aunque no todo el mundo tiene esa posibilidad pero si tenemos una casa con jardín o un pequeño terrenos en la casa del pueblo es una gran idea. Hace unos días un amigo me contaba que habían estado el fin de semana en el pueblo de su padre y su hijo y él se habían sentado debajo de un árbol que plantaron hace tres años cuando su padre falleció. Le explicó que al igual que el árbol les daba sombra ahora, su abuelo les protegió durante toda su vida. Bonito recuerdo, sin lugar a dudas.
Espero que este post sobre cómo explicar la muerte a un nño os ayude en un momento difícil en vuestras vidas. Recordad que sois como el cirujano que informa del fallecimiento de un ser muy querido para vuestros hijos. Hacedlo con calma, hacedlo con tacto y dad tiempo y espacio al niño para que exprese sus emociones.
Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.
Alvaro, un gusto saludarte, te comento que mi hijo de 9 años tiene miedo a la muerte de sus padres , y quedarse solo… Llora todas las noches, lo contento pero no veo mucho avance…algo que me recomiendes, gracias
Si todavía sigue pasándole, creo que le puede venir bien ir a ver a un psicólogo infantil. Probablemente le cueste mucho los cambios y las pérdidas y todo eso junto puede hacer que lo pase realmente mal. Cuando un niño ya con 9 años tiene ese tipo de miedos y, sobre todo, le provocan un sufrimiento tan continuado un trabajo psicoterapeútico le puede venir bien. Le ayudará a resolver esos miedos ahora que es pequeño y desarrollar habilidades que le ayuden en su futuro. Un abrazo!
Muy bueno… muchas gracias. Te has enfocado especialmente en la pérdida de un abuelo, cómo abordarlo desde la muerte del padre o madre o de un amigo de la misma edad, ello puede despertar más miedos. Gracias!
Hola Álvaro, gracias por tus notas siempre tan pertinentes, tengo tu libro y me encantan tus publicaciones y comentarios.
Tengo un niño que acaba de cumplir 6 años, y poco antes de cumplirlos ya había comenzado a hacer muchas preguntas acerca de la vida y la muerte, y recientemente adquirió conciencia de la posible muerte de sus papás y la suya propia. Mi esposo y una servidora somos biólogos y no somos religiosos, y siempre le hemos hablado con la verdad de la vida, los seres vivos, la evolución, la formación del universo y los planetas, de una manera sencilla y acorde a su edad claro, porque ha hecho muchas preguntas. Así que él mismo por si solo comenzó a hacer hipótesis de lo que pensaba que iba a pasar y que me recordó lo que dicen algunas religiones sin nosotros haberle dicho nada antes. Ha sido muy difícil para mí, a mi esposo se le da más fácil, con eso de que tenemos que mantener la calma y hablar muy natural para evitarle miedos innecesarios, y qué decirle y cómo decírselo, pero parece que ya está aceptando más fácilmente la idea de que los ciclos de la vida también nos aplican a nosotros. El otro día me dijo que ya estaba más tranquilo pero que no se quería morir, quería seguir viviendo, ay, yo le dije que faltaba muchísimo para eso y que era mejor vivir pensando en lo mucho que disfrutamos la vida y los momentos de cada día, concentrarnos más en el presente.
Me parece que este es un campo muy poco tratado, o no he buscado lo suficiente, pero desearía que hubiera más información al respecto para ayudarnos a nosotros y a otros padres que pasan por lo mismo.
Quizá por ahí puedas incluir este tema con más detalle en tu próximo libro. Gracias y saludos.
Excelente reflexión!!!!
Coincido plenamente con usted Álvaro!!!!
Excelente. Gracias!
Gracias, como siempre, por orientarnos y ayudarnos en la crianza de nuestros hijos y hacerlo con tanta claridad y cercanía. Un saludo.
Muchas gracias! Me encanto el post, justamente lo que estaba buscando, un abrazo y enhorabuena por tu excelente trabajo.