1. Hacer una guerra de agua
Da igual que lleven bañador o pantalón corto, que os tiréis cubos, globos de agua o que os duchéis a manguerazos, una guerra de agua siempre es fuente de diversión y ayuda a relajar los ánimos.
2. Sentarse a ver pasar el tiempo
Os podéis subir en una roca a comer pipas, tumbaros en la playa a ver el atardecer, sentaros en la orilla a ver las olas romper o simplemente pasar la tarde en un banco a ver la gente pasar. Sentarse a ver pasar el tiempo ayuda a relajar la mente, a agudizar la capacidad de observación y a potenciar la imaginación.
3.Hacer una aventura
Para mi la mejor de todas. Una aventura es algo que no está planificado y en la que no tenemos todo controlado. Puede ser algo tan sencillo como levantarse una mañana, montarse en el coche y conducir sin rumbo fijo o hacer una cabaña y quedaros a dormir en el salón de casa con unas linternas. El caso es que cuando dices a tus hijos que váis a hacer una aventura, la mente de tus hijos y la vuestra propia se abre a las nuevas experiencias y permite que surjan planes distintos, divertidos e inesperados. Nuestra última aventura nos llevó a montarnos en un barco que nos llevaba a un pueblo cercano. No teníamos forma de volver así que regresamos en taxi de madrugada con las ventanillas abiertas y a los niños les encantó (fue la primera vez que montaron en coche sin sillita!!…eso sí..les agarramos bien fuerte!!).
4. Buscar animalitos
En la playa resulta relativamente sencillo encontrar un cangrejito, o un erizo de mar. En la montaña podemos encontrar saltamontes, mariquitas, algún grillo e incluso atrapar una rana. Nuestras reglas para buscar animalitos son: (1) podemos sostenerlos en la mano o meterlos en un cubo para enseñarlos a papá, mamá o hermanos (2) no podemos hacerles daño y (3) debemos devolverlos a su casa lo antes posible. Si eres más cuidadoso puedes decir a tus hijos aquello de que”se ve pero no se toca”. En la playa o la montaña estar en contacto con los animales ayuda al niño a focalizar su atención, despertar su curiosidad y desarrollar su empatía y delicadeza.
5. Hacer la croqueta
La croqueta es otro clásico del verano que se puede practicar en su versión playera o en la montaña. 100% diversión. En la versión playera la croqueta el niño se moja y se empana con la arena. En su versión alpina el niño ni se remoja ni se embadurna, simplemente se tumba en la ladera de una colina con hierba y se deja rodar colina abajo. En este caso debéis tomar cuatro precauciones; (1) que la colina no sea excesivamente empinada (2) que no acabe en un barranco o similar (3) que en el tramo a descender no haya rocas (4) el descenso se realiza de lado, no de cabeza. 😉
6. Hacer unos helados caseros
¿Hay algo que le guste más a un niño que un helado? ¡Sí! Hacerse su propio helado! La verdad es que los helados y polos caseros son todo un recuerdo de la infancia. Casi nunca están tan buenos como nos los imaginamos pero siempre son divertido y contribuyen a potenciar la imaginación del niño. Con yogur, con nocilla, con leche y frutas o simplemente hechos de refresco cualquier combinación es buena. Esta semana nosotros hemos optado por una receta algo loca casi igual a la de la foto..Gominolas de ositos con casera!! ¡¡Una auténtica guarrada!!! ¡Divertidísimo!
7. Tumbarse a contemplar las estrellas.
Esta es otra de mis favoritas; tumbarse a contemplar las estrellas es una experiencia mágica para un niño. Estar de noche fuera de casa ya es una aventura y si encima se tumba a contemplar la inmensidad del espacio en una noche sin luna, la experiencia no tiene precio. Si tus hijos son pequeños (4 años o menos) bastará con contemplar el firmamento y ayudarles a estar tranquilos. Si son un poquito mayores puedes enseñarles los nombres de las estrellas e incluso localizar planetas con la aplicación Sky Map.
Espero que estéis disfrutando de las vacaciones! Si no os queréis perder ningún post a la vuelta del verano, no olvidéis seguirme en las redes, y si queréis comenzar a aprender ya todo lo que hay que saber para educar a vuestros pequeñajos con ciencia y paciencia y tener una gran reentrada en Septiembre no os perdáis mi curso online. Más de 3.500 padres y madres de niños entre 0 y 6 años ya lo están haciendo y resolviendo sus dudas conmigo. Tú también puedes inscribirte pinchando aquí ahora.
Por Álvaro Bilbao – Autor de El cerebro del niño explicado a los padres (Plataforma Editorial)
Hola buenas la verdad me alegro mucho de haber tenido en esta vacaciones
Genial, me encantó varias ya la hemos realizado mi chiqui de casi, pronto 3 años si que nos divertimos y la verdad que el disfrute todo eso Mamá su cuidadora principal ha tenido que gozarse el triple todo jajaja jajaja mañana me apunto hacer helados caseros y mucha guerra de agua. Pronto veremos estrellas juntos ✨ por ahora seguimos con la rutina de 7:30pm a la camita jajajaja jajajaja 🤣