Mitos sobre el apego que no son ciertos

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Desde el nacimiento, los niños manifiestan un innato impulso por establecer conexiones con adultos. Así pues, un vínculo sano no solo influye positivamente en el bienestar emocional infantil, sino que también desempeña un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje, la adquisición de habilidades de aprendizaje y la capacidad de desenvolverse con seguridad y adaptarse en el ámbito social. A pesar de estas evidencias, persisten algunos mitos sobre el apego que es crucial abordar y desmentir para comprender plenamente su impacto en la vida de los niños.

El apego se desarrolla durante los primeros seis meses

Los seis primeros meses de vida son importantes para el desarrollo del apego seguro, aunque según las investigaciones el periodo que va desde los seis meses hasta el año es el más importante. Durante este segundo semestre de vida el bebé comienza a ser capaz de darse cuenta de cuándo su mamá está y cuando no está apareciendo una etapa conocida como angustia o ansiedad por separación.

Durante estos meses en los que el niño comienza a asustarse cuando se da cuenta de que su mamá no está es cuando resulta más importante atender su llamada y darle la confianza de que, aunque en algunos momentos su mamá (o la figura de apego primario) no esté, irá a atenderlo cuando llore.

Los bebés con buen apego se sienten mejor con extraños

Algunos padres entienden que la seguridad psicológica que supone un vínculo bien consolidado hace que el niño pueda estar tranquilo con todo el mundo. Sin embargo, no siempre es así, y éste es uno de los mitos sobre el apego más extendidos.

Y es que, es muy habitual que los bebés lloren con extraños y reclamen a su mamá. No hay nada malo en ello, simplemente es un bebé que está demostrando que se siente más seguro en brazos de su madre y que, por tanto prefiere estar allí.

Los bebés bien apegados lloran si no están con su mamá

Esta es la creencia opuesta a la anterior. Muchos padres creen que los bebés con un apego seguro lloran si se separan de su mamá. Sin embargo esta regla tampoco se cumple en todos los casos. El llanto del niño ante desconocidos depende de muchos factores como su propio carácter. Hay niños más tranquilos, niños más nerviosos, niños con más confianza y niños más inseguros.

Por otra parte, el llanto puede venir tanto por la separación de la madre en sí misma (algo muy habitual en niños con apegos seguro) como por la presencia de extraños en ausencia de la madre. Sin embargo, también es frecuente que si el niño ha desarrollado un vínculo con otros adultos (por ejemplo su papá, su abuela o si tía) el bebé no llore, o no lo haga siempre, si la madre no está.

El apego se desarrolla por el contacto físico y la lactancia

Sin lugar a dudas el contacto físico y la lactancia son positivos y contribuyen a que el niño desarrolle un vínculo seguro. Sin embargo sabemos que las labores diarias relacionadas con el cuidado del niño, como por ejemplo el baño, el cambio de pañal, sostenerlo cuando llora o simplemente prepararle la comida son fundamentales en el desarrollo de la relación afectiva entre el niño y los padres. Y, por supuesto, la alimentación con biberón no es incompatible en absoluto con la creación de un vínculo positivo y seguro, como suelen pensar muchas personas que creen en este mito sobre el apego.

Para crear apego debemos evitar las frustraciones del bebé

Estaría muy bien que alguien me explicara como podemos evitar toda frustración en otro ser humano. El hambre, el cansancio o el dolor son circunstancias totalmente naturales que provocan frustración. Los padres debemos abandonar la idea de que podemos evitar todas las frustraciones a nuestros hijos.

La clave principal para el desarrollo de un apego seguro está en atender las necesidades del bebé, que, en muchos casos llevarán a calmar el malestar en el niño, pero eso no quiere decir que el niño no se vaya a frustrar en ningún momento.

Frente a este mitos sobre el apego, la realidad es que el niño se frustrará en muchas situaciones que los padres no podemos solucionar como cuando le salen los dientes, cuando se encuentra cansado…. Sin embargo, siempre podemos ayudar estando a su lado y transmitiéndole nuestra calma y confianza.

Si no colechamos con el bebé no desarrollará un apego seguro

El colecho es una forma natural de ayudar a que el bebé duerma tranquilo y sus necesidades estén cubiertas con prontitud. Para muchos padres es la forma más cómoda de conciliar su sueño con el del bebé. Posiblemente contribuya a crear un vínculo seguro porque estimula la cercanía y la satisfacción pronta de las necesidades del bebé.

Sin embargo, no hay ningún estudio que indique que no colechar con el bebé esté más asociado a un vínculo inseguro, ni que colechar con nuestros hijos haga que sea lo contrario. El colecho tiene más beneficios a nivel de nutrición (porque facilita la lactancia a demanda) o para el sistema cardiovascular (porque reduce el ritmo cardiaco) que sobre el apego.

Como has podido comprobar, hay algunos mitos sobre el apego que no son ciertos, y entender la realidad ayudará a los niños a desarrollar un vínculo sano. No obstante, no hay reglas fijas para ello ya que se puede construir de muchas maneras. Según los estudios, no es necesario hacerlo todo perfecto, sino simplemente estar ahí cuando nuestros hijos nos reclaman y atenderlos con cariño y calma.

Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.

Un comentario de “Mitos sobre el apego que no son ciertos

  1. Olga dice:

    Hola, soy Olga
    Mamá de Salma. Tiene 2 años cumplidos. En estudio de TEA comprometido con su lenguaje. Deseo conocer si me puede orientar su publicación la manera de ver el cerebro del niño.
    Gracias.

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