Entre los tres años y los cinco años los niños experimentan una serie de cambios a nivel de desarrollo cerebral que hace que cuidar de ellos pueda ser todo un desafío. A partir de los tres años, los niños comienzan a desarrollar una mayor autonomía, un sentido del yo más definido y una energía casi inagotable por explorar, preguntar, moverse y probar sus propios límites. Esta etapa, que abarca hasta los cinco años, es clave para seguir construyendo su seguridad emocional, ayudándoles a aprender a convivir y a respetar a los demás. Y en ese camino, los límites y las normas juegan un papel esencial.
Consejos prácticos para establecer límites y normas claras para niños de 3 a 5 años
Los límites son importantes para el desarrollo cerebral
El primer consejo que doy a las familias de niños pequeños que quieren aprender a poner límites a sus hijos es que se den cuenta de que los límites son importantes para el desarrollo cerebral de sus hijos. Los límites y normas son esenciales para el desarrollo de las regiones frontales del cerebro encargadas de aprender y ejecutar tareas como el autocontrol, la gestión de la frustración y el seguimiento de normas sociales y el periodo entre los tres y los cinco años es esencial para su desarrollo.
La falta de límites es una forma de maltrato emocional
Tener la capacidad de gestionar nuestros impulsos, respetar los límites y las normas y estar en paz con las cosas que podemos hacer y las que no son habilidades emocionales básicas tan importantes como sentirnos queridos, o consolados cuando estamos tristes o angustiados. Poner límites es esencial para el desarrollo emocional de los niños.
Poner límites es nuestra responsabilidad
Los niños van a aprender límites si o sí, porque la vida está llena de límites. La gran pregunta es si tu como padre y madre quieres ocuparte de poner límites y normas o prefieres que aprendan de otras personas como sus compañeros de clase cuando se ponga demasiado pesado, sus profesores cuando no respete las normas de clase o las autoridades cuando no cumpla con las normas legales. Los límites son responsabilidad de los padres y por eso debemos ocuparnos de que nuestros hijos los aprendan de una manera firme y respetuosa a la vez.
A muchos padres les preocupa no saber cómo actuar cuando su hijo grita, no quiere recoger, se niega a apagar la tele o le pega a su hermano. Se preguntan: ¿Dónde está el equilibrio entre poner límites y no ser demasiado autoritarios? ¿Cómo podemos corregir sin castigar? ¿Es normal que mi hijo ponga a prueba todas las normas?
En este artículo encontrarás respuestas sencillas, prácticas y respetuosas para educar con límites firmes pero afectuosos durante esta etapa tan importante.
¿Qué límites poner a niños desde los 3 años hasta aproximadamente los 5 o 6?
Si los límites para niños de entre 1 y 2 años son importantes, entre los tres y los cinco años los límites son cruciales. Durante esta etapa en la que los niños tienen más autonomía necesitan límites claros en cuatro áreas fundamentales:
1. Límites de seguridad
Todo aquello que protege su integridad física debe tener un límite claro y no negociable: no correr en la calle, no meter los dedos en el enchufe, usar el cinturón de seguridad. A estas edades todavía no tienen plena conciencia del peligro, por eso necesitan que los adultos actuemos con firmeza y serenidad.
2. Límites de convivencia
Aprender a convivir implica respetar turnos, pedir las cosas con educación, no interrumpir, recoger después de jugar o hablar con respeto. Estas normas no deben imponerse de forma rígida, pero sí mantenerse con constancia y cariño, sabiendo que el niño está aprendiendo.
3. Límites con las pantallas
A los 3 años muchos niños ya conocen las tabletas, los dibujos de YouTube y para los cinco años están comenzando a utilizar algún videojuego. Pero el cerebro infantil no está preparado para un uso sin control. Es importante que los padres pongamos límites claros de tiempo y de contenidos y más importante todavía que lo hagamos respetar.
4. Límites emocionales
A estas edades, los niños pueden frustrarse fácilmente y reaccionar con rabietas, gritos o negativas rotundas. Aquí es donde los límites les ayudan a aprender que no todo vale para expresar una emoción. Podemos validar lo que sienten (“entiendo que te enfades”) y al mismo tiempo mantener la norma (“pero no puedes pegar”).
Cómo poner límites y normas a los niños de 3 a 5 años
La clave está en combinar afecto y firmeza, es decir, educar desde el cariño, pero sin renunciar a nuestra función como adultos responsables.
1. Pon pocas normas, pero muy claras
Demasiadas reglas generan confusión. Es mejor tener pocas normas (como no gritar, recoger después de jugar, dar las gracias) y mantenerlas con constancia. Así el niño sabrá qué se espera de él y se sentirá más seguro.
2. Repite con calma y constancia
A esta edad, los niños no aprenden a la primera. Necesitan repetición, rutina y coherencia. Por eso es tan importante mantener los límites sin enfadarnos ni dudar cada vez que se pongan a prueba.
3. Usa el lenguaje positivo cuando sea posible
Puedes utilizar frases claras y restrictivas como “no toques” o “no corras aquí”. Sin embargo redirigir con frases como “mejor vamos caminando”, “las manos quietas” suelen ser más claras para muchos niños. Así favoreces la cooperación y no la confrontación.
4. Explica, pero solo una o dos veces
Hay cosas que los padres tenemos que explicar cientos de veces como que los codos deben estar fuera de la mesa mientras comemos o que no podemos hurgarnos la nariz en público. Sin embargo, cuando explicamos a un niño que es hora de irnos del parque porque es la hora de bañar o que no puede jugar con un objeto delicado de la casa de los abuelos no conviene explicar las cosas una y otra vez e intentar convencerlos. Las instrucciones claras explicadas una vez son suficiente. Una vez explicado es mejor retirar el objeto delicado o insistir al niño con calma, firmeza y sin muchas más explicaciones.
5. Sé su ejemplo
No puedes pedirle a un niño que no grite si tú gritas. Los límites se aprenden sobre todo por imitación. Si quieres que tu hijo escuche, habla bajito. Si quieres que respete, respétale tú también.
6. Anticípate y prepara el terreno
Antes de ir al parque, a casa de los abuelos o a un cumpleaños, recuerda las normas: “Hoy vamos a recoger los juguetes antes de irnos”, “Si no quieres algo, lo dices sin gritar”. Esto ayuda a que el niño sepa lo que se espera antes de enfrentarse a la situación.
7. Mantente firme cuando haya una rabieta
Hasta los cinco años las rabietas son muy habituales. Una norma importante: no se cambian las reglas para evitar un llanto. Si lo haces una vez, el niño entenderá que gritando o llorando puede conseguirlo. Puedes acompañarle con empatía, pero mantén el límite.
En mi experiencia clínica
Cada vez veo más familias que no ponen límites por falta de tiempo, por inseguridad a la hora de poner límites a sus hijos o porque han adoptado un estilo de educación permisivo o basado en ideas como que los límites y normas coartan las necesidades de desarrollo de sus hijos.
Sin embargo la falta de límites es una forma de maltrato. Los límites y normas son una parte fundamental del desarrollo emocional y social de los niños de 3 a 5 o 6 años. Lejos de ser algo negativo, los límites bien puestos ayudan a los niños a sentirse más seguros, aprender a autorregularse y convivir mejor con los demás.
Si eres uno de esos padres a los que les cuesta poner límites te quiero recordar que tienes mi taller Online “Limites y normas con respeto” que ya han hecho más de 20.000 familias como la tuya y que les ha ayudado a aprender herramientas prácticas y ganar confianza y seguridad a la hora de poner límites. Recuerda: un buen límite es un acto de amor necesario bien comunicado.