Si tu hija o hijo ha vuelto a hacerse pis después de haber avisado es normal que te preguntes qué está pasando y cómo puedes ayudarle. Aunque puede ser desconcertante, estas situaciones son más comunes de lo que parece y suelen tener solución con un poco de paciencia y comprensión.
Los niños pequeños, en su proceso de desarrollo, enfrentan cambios que pueden desestabilizarlos temporalmente. Hoy hablaremos de por qué se vuelve a hacer pipí encima y qué pasos puedes seguir para manejarlo de la mejor manera.
¿Por qué mi hijo se hace pis otra vez?
Suele haber dos razones por las que un niño o niña que ya avisaba o iba solo al orinal vuelva a hacerse pis encima
Variabilidad normal
El desarrollo emocional de los niños no suele ser lineal sino que es habitual que haya fluctuaciones. Es perfectamente normal que un niño que lleve unas pocas semanas teniendo un buen control de esfínteres tenga un pequeño retroceso y ese retroceso provoque un mayor nerviosismo o inseguridad que haga que los escapes sean más frecuentes.
Regresiones
Cuando los niños vuelven a hacerse pis tras haber superado esta etapa, puede deberse a lo que se conoce como una “regresión”. Las regresiones son pequeños retrocesos en habilidades que los niños ya tenían adquiridas. Estas suelen desencadenarse por factores como:
– Inicio del cole o la guardería.
– Cambios en la rutina familiar, como una mudanza.
– La llegada de un hermanito.
– Algún evento estresante como el divorcio de los padres o la pérdida de un ser querido.
Estos retrocesos después de retirar el pañal son temporales y forman parte del proceso de adaptación del niño ante situaciones nuevas o desafiantes. Es totalmente normal que cuando un niño se siente inseguro o insegura su cerebro recupere patrones neurológicos de momentos pasados en los que se sentía más seguro.
¿Qué hacer si mi hijo se vuelve a hacer pis encima?
Si tu hijo vuelve a tener escapes, aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte:
1. Identifica posibles desencadenantes
Cambios como el inicio del cole o usar un baño nuevo pueden generar inseguridad. Habla con él para entender qué le preocupa. También es útil conversar con su profesora o cuidador para identificar posibles dificultades. Entender cuál puede ser el origen nos puede ayudar pero no es imprescindible, en ocasiones no hay una causa clara que podamos identificar, aunque siempre podemos ayudarle a recuperar la calma y la seguridad.
2. Muestra comprensión
Recuerda que esto no lo hace intencionadamente. Evita comentarios que puedan avergonzarle, como:
– “¿Otra vez te has hecho pis?”
– “¡Los niños mayores no hacen esto!”
En su lugar, utiliza frases alentadoras:
– “Es normal que a veces los cambios nos cuesten un poco. Estoy aquí para ayudarte.”
– “Vamos a encontrar juntos una solución para que te sientas más cómodo.”
En ocasiones lo más eficiente puede ser no decir nada; simplemente darle ropa seca para que se cambie y no prestarle más atención.

3. Refuerza las rutinas
Las rutinas suelen ser el primer paso para consolidad la retirada del pañal. Recuperar esas rutinas puede ser parte de la solución porque nos permiten recrear esa seguridad y estructura que los niños necesitan. Crea hábitos que refuercen su confianza, como ir al baño antes de salir de casa o antes de dormir. Si acaba de llegar un hermanito o hermanita intenta recuperar lo antes posible las rutinas que teniáis en casa antes de que llegue su hermanito.
4. Sé paciente
Las regresiones pueden acompañarse de frustración o demandas adicionales porque nacen de un sentimiento de inseguridad. Es importante mantener la calma y recordarte a ti mismo dos cosas (1) que necesita que le ayudes a sentirse seguro y (2) que esta etapa es temporal.
5. Refuerza el vínculo afectivo
Dedica tiempo de calidad con tu hijo: jugar juntos, leer cuentos o simplemente abrazarlo pueden ayudar a que se sienta más seguro y querido. Una de las estrategias que mejor funciona es dar al niño un poco de tiempo de exclusividad como ir mamá y el niño o la niña los dos solos a tomar un helado o dar un largo paseo charlando de nuestras cosas. El tiempo uno a uno es la mejor manera de que el niño sienta atención plena y reconecte contigo y con la seguridad que le haces sentir.
¿Cuándo deberías preocuparte de que no avise?
Aunque las regresiones son normales, si notas que el problema persiste durante varios meses o va acompañado de otros síntomas como tristeza, irritabilidad constante o cansancio extremo, consulta con un pediatra o psicólogo infantil para descartar problemas médicos o emocionales.
Una última consideración
Es importante recordar que las regresiones en el control del pis no son un retroceso, sino una forma que los niños tienen de expresar lo que no saben decir con palabras.
Como padres, acompañarlos con paciencia y empatía es clave para superar esta etapa juntos. Cada niño tiene su propio ritmo, y nuestra confianza en ellos es el mejor regalo que podemos ofrecerles.
Al final, lo más importante no es que aprendan a controlar el pis rápidamente, sino que lo hagan sintiéndose queridos y apoyados en cada paso del camino