En el año 1998 una tormenta de nieve, como no se recordaba desde hacía décadas sepultaba gran parte de la provincia de Qebec en Canadá. Durante varios días miles de familias de la extensa región quedaron aisladas sin posibilidad de desplazarse en carretera y, en muchos casos incomunicados sin teléfono o luz eléctrica. Aunque los Canadienses están acostumbrados a este tipo de fenómenos nadie podía esperar la magnitud de esta nevada.
Los investigadores de la Universidad McGilly y del Centro Universitario Douglas para el estudio de la Salud Mental aprovecharon estas circunstancias para dirigir un interesante estudio sobre los efectos del estrés en las embarazadas. Una vez finalizada la tormenta pusieron anuncios en los periódicos pidiendo voluntarias entre las mujeres embarazadas que se habían quedado aisladas durante la tormenta. Estas mujeres llegaron a vivir situaciones difíciles porque, aunque tenían leña encontrarse aislada e incomunicada con un bebé en camino puede producir un gran estrés emocional.
Los investigadores consiguieron reclutar a 150 mujeres embarazadas y recogieron todo tipo de datos sobre el transcurso de su embarazo y sobre el grado de estrés que habían sufrido durante la nevada. Durante años siguieron a sus hijos y obtuvieron conclusiones muy interesantes. La primera de ellas es que el estrés emocional sufrido durante esos días había provocado pequeños cambios genéticos en 36 de los bebés. En concreto en distintos genes que tienen que ver con la respuesta inmunológica. Como consecuencia, creen los investigadores, en este grupo de niños tienen más riesgo de sufrir asma y otras enfermedades relacionadas con la respuesta inmune del organismo. Otros estudios también han relacionado un elevado grado de estrés durante el embarazo con un menor desarrollo intelectual durante los primeros años de vida. Uno de los datos más interesantes del estudio de las embarazadas aisladas por la nevada es que el factor más determinante no fue la intensidad del estrés sino la duración del periodo de estrés. En otras palabras…las mujeres que estuvieron más días aisladas tenían más probabilidades de tener un bebé con ligeros cambios en su ADN, mientras que los bebés de aquellas que vivieron situaciones más estresantes pero durante menos tiempo o igual de estresantes por un periodo más corto no se diferenciaban de la población general.
Sin embargo hay otro dato importante. En Canadá y en Estado Unidos en general este estudio se hizo relativamente popular a principios de la década de los 2.000 y muchas mujeres embarazadas entendieron que el estrés era muy malo para sus bebés. En consecuencia, algunas mujeres decidieron adelantar sus bajas durante el embarazo o reducieron drásticamente el grado de actividad durante el embarazo para “no transmitir estrés al bebé”. Sin embargo, los estudios dicen que esta tampoco es una gran idea ya que la inactividad tampoco es positiva para el desarrollo del bebé. El hecho de un grado de estrés moderado prolongado en el tiempo sea perjudicial no quiere decir que lo contrario, es decir no tener nada de estrés durante mucho tiempo sea positivo. También sabemos que realizar actividad física de intensidad moderada durante el embarazo (caminar, por ejemplo) es positivo para el desarrollo del feto.
Como en todo con esto del estrés lo más importante parece ser hacer las cosas con moderación y no fijarse en un único dato para hacer de él un mundo. Las mujeres embarazadas deben evitar situaciones estresantes por periodos prolongados pero a su vez se benefician de un grado moderado de actividad física y mental.
¿Y si tengo un trabajo estresante?
El estrés moderado prolongado en el tiempo puede ser perjudicial para el bebé y por lo tanto estas medidas pueden ser positivas.
1. Habla con tus jefes o supervisores e indícales tu estado y que debes moderar el grado de estrés en el trabajo.
2. Si no se dan las condiciones adecuadas habla con tu médico de familia y explícale tu situación. A las profesionales que tienen una sobrecarga física en su puesto de trabajo (por ejemplo fisioterapeutas) se les suele adelantar la baja. A las que tienen una sobrecarga de estrés debería tenerse en cuenta también.
3. Realiza ejercicio físico moderado. Sal a caminar, haz recados y pasa tiempo moviéndote ya que no sólo es beneficioso para tu bebé, sino que también ayudará a reducir el nivel de estrés que se acumula en tu sangre y en tu cerebro. Te sentirás mejor y contrarrestarás el efecto nocivo del estrés durante las horas de trabajo.
4. Reúnete con amigos y ten una vida social activa. La socialización es uno de los mejores remedios contra la producción de cortisol (la hormona del estrés).
5. Enseña este artículo a tu pareja, a tu madre o a tu hermano y pídeles que te abracen, que te den masajes en las manos, en el cuello, en la espalda o donde prefieras. El contacto físico continuado también ayude a reducir los niveles de cortisol en sangre.
¿Y si tengo hijos pequeños que suponen una sobrecarga física y emocional?
No te preocupes. Es muy normal….o como se suele decir “ocurre en las mejores familias”. En general, el estrés más negativo es el emocional. El que provoca angustia y preocupación continuada. Si tienes niños pequeños disfruta todo lo que puedas en positivo. Un hermanito es un gran regalo para tus hijos…y tendrán que entender que no les cojas tanto en brazos…que no hagas el indio sobre la alfombra…pero intenta seguir saliendo al parque y a los paseos. Deja que tu pareja gane protagonismo en el cuidado y crianza de los mayores…aunque todavía sean pequeños. Pedid ayuda a vuestra familia. Que os traigan la compra a casa, que os cocinen una sopa calentita o bañen a los niños es una ayuda que siempre es bien recibida.
¿Y si tengo un trabajo con estrés y además tengo hijos pequeños?
Haz todo lo de arriba e intenta llevarlo todo con optimismo y alegría. Ni trabajar, ni cuidar de los hermanos ni estar embarazada es algo malo en sí. Intenta hacer todo con moderación, llegar hasta donde llegues, pedir ayuda, contrarrestar los efectos del estrés….y por su puesto…no se te olvide con todo este trajín de niños, trabajos, paseos y amigos…tomar un instante para hacerte unas fotos. Como dice mi mujer…siempre faltan fotos del embarazo..
Espero que os ayude!!
Álvaro Bilbao. Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres“
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Esta genial el aporte. Reciba un cordial saludo.