Sois muchos los padres que me habéis escrito desde México para pedir orientación. ¿Cómo ayudar a los niños que han vivido la experiencia del terremoto?
Estas recomendaciones son las recomendaciones estándar para ayudar a un niño a superar un trauma. Puede ser un terremoto, un huracán o cualquier otra experiencia traumática, como por ejemplo cuando el niño ha sido mordido por un perro u otro niño le pegó.
PARA NIÑOS DESDE LOS 0 AÑOS
Estas 4 primeras pautas se pueden comenzar a aplicar desde que el niño es muy chiquito, pero eso no quiere decir que sean menos importantes para niños mayores. Son pautas importantísimas para los niños de todas las edades
1.Mucha comprensión.
El niño que vive una experiencia traumática, un terremoto, un huracán, un accidente de coche o simplemente un enfrentamiento con otro niño suele experimentar una regresión. Esto quiere decir que puede ser totalmente normal que vuelva a hacer cosas que ya hace tiempo tenía superadas. Puede volver a hacerse pis encima, a hacerse pis en la cama o tener pataletas. No tengas miedo; no se va a quedar en esa fase. Lo va a superar, pero la mejor manera de ayudarlo no es enfadarnos o mostrarnos más fuertes sino darles mucho afecto y comprender por qué les pasa es la mejor manera de que vayan superándolo.
2.Más comprensión
Después de un suceso como este no solo aparecen las regresiones o los comportamientos más infantiles sino que el mundo emocional del niño está tan removido que puede pasar cualquier cosa. Es muy habitual que los niños demuestren su miedo de formas poco amorosas como guardando silencio, diciendo osas feas o mostrándose enojados con los padres. En todos esos casos el niño necesita cariño. No le obliguemos a hablar, no le exijamos que sea cariñoso. Simplemente estemos a su lado y le demos muestras de cariño como besos, o pasarles la mano por el cabello.
3. Aumentar la dosis de cariño
El niño inseguro, asustado necesita más cariño del habitual. Es positivo que lo tomes en brazos (aunque tenga 6 o 7 años), es positivo que lo sientes sobre tus piernas para cenar, es positivo que lo beses y lo atiendas con abrazos y cariños. Una gran idea puede ser invitarlo a dormir con ustedes. No hay ningún riesgo en hacer esto. De hecho muchos psiquiatras infantiles lo recomiendan. Piensa que al igual que el terremoto tuvo sus réplicas, el susto del niño también se va a replicar dentro de su cerebro y dormir solo puede magnificarlo. Dormir acompañado le va a ayudar a sentirse más seguro.
4. Más seguridad
Puede que sea el momento menos oportuno para pedir más orden y organización, pero ayuda mucho. El niño, en el momento del terremoto sintió como todo lo que sabía se tambaleaba…volver a ofrecer rutinas estables y le va a hacer sentir seguro. Ordenar la hora de la cena, el tiempo del cuento, preparar la ropa para el día siguiente son rutinas positivas que, especialmente durante estas semanas le ayudarán al niño a retomar la confianza y volver a creer que el mundo es un lugar seguro y estable.
DESDE LOS DOS AÑOS EN ADELANTE
A partir de los dos años el niño tiene suficiente capacidad lingüística para beneficiarse de otras pautas que ayudan mucho
5. Hablen de lo que pasó
Hablar es la estrategia número 1 para superar los traumas. No se callen, no guarden sus sentimientos para si. Ayuden al niño a hablar. Ayuden al niño a explicar como se sintió.
*Imagen del libro “El cerebro del niño explicado a los padres” Plataforma Editorial.
6. Comparte tu primero
A muchos niños les cuesta hablar. Puede que sean tímidos, que sean poco habladores o que no les salga de manera natural hablar del terremoto. Hablar de ellos es tan bueno, sin embargo que a veces les debemos dar una pequeña ayuda. Nunca debemos obligarles, pero si podemos ayudarles comenzando a hablar nosotros del tema. Podemos decir algo tan sencillo como “Cuando comenzó el terremoto…yo estaba trabajando con mi computador…” o “En el trabajo todas las lámpara se movían”. El hecho de que empieces tu primero ayudará al niño a abrirse y contar lo que él o ella vivió.
7. Céntrate en las imágenes y sentimientos
Este tipo de sucesos deja sensaciones muy impactantes en el hemisferio derecho del cerebro. Son sensaciones emocionales y visuales principalmente y cuando son tan intensas se pueden quedar “atrapadas en esta parte del cerebro” y suelen provocar “flashbacks” como los que tienen los combatientes de guerra. El objetivo de estas conversaciones es que esas emociones no se queden atrapadas sino que puedan ser elaboradas y entendidas por el resto del cerebro. Cuando durante la conversación (cuando hablamos activamos el hemisferio izquierdo) hacemos hincapié en aquellas imágenes o emociones el cerebro distribuye el peso de las emociones e imágenes “liberandose” del trauma. Podemos ayudar al niño a hablar de lo que vió o sintió. Podemos utilizar nuestras propias frases para animarle a hacerlo; “Cuando comenzó el terremoto vi la cara de mi amiga María. Vi que estaba muy asustada y yo también me asusté mucho”. o “Me dio miedo que se me cayera el techo encima”
8. Ayúdate con los dibujos
Otra manera de ayudar a los niños a hablar de sus sentimientos es ponerle una hoja delante y pedirles que dibujen. Les podemos decir simplemente que dibujen el terremoto y luego pedirles que nos cuenten que han dibujado. Al día siguiente les podemos pedir que nos dibujen algo que pasó después del terremoto (otra escena distinta) relacionada con el mismo día. Recuerda que cuando le pidas a tu hijo que lo explique es importante que te centres en lo que vio y en lo que sintió.
9. Repite en las próximas semanas
Como ves no hay ningún problema en hablar de lo que sucedió. Al contrario de lo que se piensa hablar de estos miedos no hace que se hagan más grandes sino que ayude a que se hagan más chiquitos. Ahora bien. No basta con hacerlo una vez, el cerebro necesita que lo hagamos varias veces a lo largo de las próximas semanas. Estate atento a las conversaciones o expresiones de tu hijo y ayúdales a hablar de ello.
En estas situaciones comprender cómo funciona el cerebro del niño o saber cómo hablar con ellos para superar traumas ayuda mucho. Creo que estas pautas que os he dejado son suficientes. Espero de corazón que ayude a muchos niños y familias que están pasando una semanas difíciles. Recordad que la clave está en ser comprensivos, pacientes y ayudar al niño a hablar de lo que sucedió. Veréis como muchos van mejorando a medida que lo vayáis poniendo en práctica.
Por Álvaro Bilbao – Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres”