Esta semana estaba hablando con mi hijo de 10 años y me preguntaba por qué celebramos tantas cosas de las chicas….
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“¿Qué cosas?” Le pregunté…
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“Pues el día de la mujer y la ciencia. El día Internacional de la Mujer. ¿Por qué no se celebra el día del hombre? ¿El día del hombre trabajador? ¿El día del hombre y la ciencia? ¡Es injusto!”
A mi me extrañó su pregunta…la respuesta es evidente para los adultos…Pero no para él. Se sentía discriminado por estas celebraciones. Se sentía indignado. Y entonces en su inocencia vi todo claro.
Es normal que Diego no entienda por qué celebramos el día de la mujer o el día de la mujer y la ciencia… porque es un niño y los niños no ven ninguna diferencia entre un niño y una niña. No conciben que una mujer sea distinta de un hombre. Que tenga más dificultades para ser contratada. Que su trabajo valga menos que el de un hombre. Que tenga más obstáculos para ascender en una empresa. Que tenga que tener más cuidado cuando vuelve a casa por la noche o que tenga más riesgo de ser asesinada por su pareja. Pobrecillos, si ni siquiera saben lo que es un contrato, un salario, un ascenso, una violación o una manada.
En casa también ponemos nuestro granito de arena para que no entienda nada. Porque en casa (somos una madre, un padre, un niño y dos niñas) les pedimos a nuestros tres hijos que se esfuercen en matemáticas y en lengua. En casa hacemos deporte juntos y les animamos a los tres a que corran lo más rápido que puedan, trepen lo más alto que puedan y que terminen lo que empiezan. En casa cualquiera de los tres nos puede ayudar a mover una mesa, a cargar una maleta o a cambiar una bombilla. Y es que en casa nunca hacemos comentarios que diferencien la fuerza, habilidad o capacidades por el hecho de ser hombre o mujer.
Pero no es todo ideal. Todas las semanas vamos a casa de los abuelos, donde las tareas están diferenciadas y estoy seguro que en nuestro día a día todavía existen micromachismos que vienen de la educación que recibimos de nuestras familias. Pero a pesar de eso tenemos turnos para poner la mesa. Nos turnamos para bañar a los niños o hacer la cena. En casa todos ayudamos a llenar el lavavajillas y todos colaboramos para hacer la compra y recoger la cocina.
Es normal que mi hijo se enfade y no entienda que se celebre el día de la mujer. Los niños no discriminan y en nuestra casa no han visto esa discriminación. Así que se lo he tenido que explicar……No me he tenido que ir muy lejos y he preferido no explicar todas las cosas que le pueden ocurrir a una niña que nace y crece en muchos países del mundo….La verdad es que he preferido no mostrarle el grado de inhumanidad con el que se trata todavía a algunas mujeres. Simplemente le he puesto de ejemplo la desigualdad que tendrían sus hermanas si estas situaciones no cambian en nuestro entorno y tengo decir que aunque ya sabe por qué celebramos esta fiesta por los derechos de la mujer….se ha puesto triste…y ahora….ahora entiende menos todavía.
Por Álvaro Bilbao – Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres”
Pues si en su pequeño mundo él no ve estas cosas desagradables como el machismo y tal. A medida que vaya creciendo “lamentablemente” ira entendiendo al ver la amarga realidad. Ojala mas padres criemos y eduquemos asi a nuestros hijos. Me gusto el articulo.
“Y es que en casa nunca hacemos comentarios que diferencien la fuerza, habilidad o capacidades por el hecho de ser hombre o mujer”.
Y sin embargo, sin ánimo de polemizar, con el tiempo tu hijo se dará cuenta de que sí somos diferentes en cuanto a fuerza y capacidades.
Obviamente, para mover una mesa que pesa poco o para poner un lavavajillas, la diferencia no se nota, pero cuando de verdad haya que mover algo pesado, no llamarás a una de tus hijas porque no tendrá la fuerza suficiente, mientras tu hijo sí la tendrá. En ese momento, tu hijo te preguntará “¿por qué no llamas a ‘yyy’?” Y algo tendrás que responderle, porque lo has educado en la igualdad. Puedes mentirle de nuevo o tratar de explicarle la realidad.
En cuanto a capacidades, está demostrado que las mujeres (en general, siempre habrá casos particulares en los que no) pueden realizar dos o más tareas a la vez porque su cerebro está preparado para ello: pueden ver la tele, hablar por teléfono y estar haciendo una manualidad, y hacer las tres tareas correctamente (algo que envidio mucho). En cambio, los hombres rara vez pueden hacer más de una cosa a la vez.
En fin, que suena muy bien lo de que hombres y mujeres somos iguales, pero la realidad es que no es así. Tenemos los mismos derechos, eso sí (o debería ser así), y nos parecemos en muchas cosas, pero en otras somos totalmente diferentes.
Menos mal que no querías polemizar, Manuel. Demuéstranos eso de la diferencia de capacidades. ¿Está demostrado? ¿Por quíén? Me parece que estás bastante robotizado.