Hoy comienza para muchos niños, papás y mamás la última semana del curso escolar. Para mi es un día particularmente feliz porque todos los lunes mi hija pequeña tiene gimnasia y su profe nos pide que vayan con pantalón de chándal. Una norma que me parece muy apropiada pero que ha hecho que lunes tras lunes tenga que lidiar con la pelea del “Yo quiero llevar falda”.
La verdad es que los niños no entienden ni de normas ni de horarios y por eso, es normal que los que somos padres tengamos motivos de sobra para acabar llegando tarde al trabajo. En realidad es casi un milagro llegar en hora y por eso y para celebrar el fin de curso se me ha ocurrido recopilar unas pocas excusas que tenemos los padres para llegar tarde al trabajo y que sólo los jefes con hijos han entendido.
1. Mi hija pequeña ha estado llorando 10 minutos porque quería ponerse una falda.
2. Tuve que volver a casa porque se me había olvidado ponerle la merienda en la mochila.
3. Hemos estado 7 minutos buscando un zapato por toda la casa que finalmente estaba en el coche
4. Nadie sabía dónde estaba la mochila
5. Anoche me terminé todo lo que dejaron mis hijos de la cena y hoy me dolía muchísimo la barriga
6. Cuando estábamos en la puerta de casa comenzó a salir un tufillo espantoso del pañal y tuve que volver a entrar a cambiarle
7. Me ha vomitado encima
8. Se ha vomitado encima
9. Perdí el autobús por un segundo, pero es que cuando salí de casa me di cuenta de que se me había olvidado darle un beso y tuve que volver a entrar a dárselo…. .y..
La 6, sin lugar a dudas, es la favorita de mi hija.
Mi hija de 4 años a sido la responsable de que mi marido más de una vez habrá la ferretería tarde porque todos los días escoge un cuento para llevar y siempre lo hace cuando ya están de salida.