El otoño es una de las épocas que mejores recuerdos deja en la mente de los niños. A pesar de que las horas de luz se reducen y el tiempo refresca, aún hay muchas actividades que los niños pueden hacer al aire libre. Cada vez hay más padres que comprenden que el frío no debería ser obstáculo para que los niños salgan. En los países del norte los niños salen a la calle en los días fríos, sin miedo a los resfriados porque saben que los virus no se incuban en el exterior sino quedándose dentro de casa. Todo lo que hace falta para disfrutar del otoño es un abrigo, un paraguas y unas botas de lluvia! Aquí te presento 9 planes que todo niño puede hacer para disfrutar del otoño.
1.Jugar con las hojas
Hay muchos juegos que se pueden hacer en una visita al bosque o al parque más cercano. Podéis hacer un gran montón de hojas y saltar sobre ellas, tumbaros sobre una cama de hojas y taparos o simplemente hacer una guerra de hojas.
2. Recolectar frutos del bosque
Recoger castañas, piñones, nueces o piñas es una actividad divertida que puede ayudar al niño a mejorar su atención, capacidad de búsqueda visual y paciencia. Para ayudarle a desarrollar su capacidad de planificación pensad antes de salir de casa qué podéis necesitar para guardar y llevar todo lo que recolectéis.
3.Hacer un bizcocho
Uno de los recuerdos más entrañables de la infancia es el olor del bizcocho recién hecho en una tarde lluviosa. Seguir las instrucciones del papá o la mamá, dar los pasos uno a uno y esperar al resultado, ayudará al niño a mejorar su concentración, capacidad de organización del pensamiento y ser capaz de demorar la satisfacción. No olvides comerlo luego con un gran vaso de leche. Delicioso!!
4. Pasear sobre las hojas
A todos nos ha gustado cuando éramos niños pasear sobre las hojas. El ruido que hacen al pisarlas, la sensación de removerlas cuando pasamos sobre ellas o incluso chutarlas ayudarán al niño a fijar su atención en el presente y serán todo un ejercicio de mindfulnes para su cerebro.
5. Tomar unas castañas calentitas
Podemos asar unas castañas en la chimenea o ir a visitar a un castañero o castañera. Puede que, como a mi, las castañas no te gusten especialmente, pero hay algunas sensaciones tan particulares de una estación del año que nos traen recuerdos de las personas especiales con las que las compartimos. Para mi el aroma a castaña asada y la sensación de pelarlas cuando aún están caliente me recuerda a cuando las comprábamos de pequeño con mi madre y es uno de los recuerdos más especiales de mi infancia.
6. Juegos hogareños
Pocas cosas son tan beneficiosas para el cerebro del niño como el juego libre. El otoño ofrece un entorno fabuloso para que el niño juegue libremente en casa mientras cocinamos o nos ocupamos de la colada. Una caja de cartón, un disfraz o simplemente un buen cuento harán que el niño juegue…con su imaginación.
7. Hacer un álbum de hojas de árboles
Elegir las hojas que más nos gustan, apreciar los distintos colores y pegarlas con cuidado sobre una cartulina van a ayudar al niño a discriminar colores, tomar decisiones y apreciar la belleza de la naturaleza. Además es una actividad que pueden hacer niños de cualquier edad, con mayor o menor ayuda de papá y mamá.
8. Saltar sobre un charco sin restricciones
Sabemos que el lóbulo frontal de los niños (la parte del cerebro que ejerce el autocontrol) necesita desconectar para poder focalizar mejor la atención al día siguiente. Dejarles saltar sobre un charco puede ayudarles tanto a disfrutar como a relajar esa parte de su cerebro. En muchos contextos, como camino de la escuela o cuando vamos a visitar a los abuelos mojarse la ropa puede no ser lo más adecuado; sin embargo si estamos a punto de entrar en casa podemos aprovechar el momento para dejar a los niños que se den el gustazo de saltar. Está claro que no todos los días podemos dejar que el niño salte, pero al menos un día a lo largo del otoño le sentará fenomenal. Una vez salpicado por todos los lados le metemos en la bañera y problema solucionado.
9. Visitar un pueblo con olor a chimenea
Uno de los olores más característicos del otoño es el de la chimenea y el campo. Los pueblos en otoño recogen esos olores. Puedes decidir pasar una noche en el pueblo de los abuelos o en una casa rural o simplemente comer y pasar la tarde paseando por un pueblo de tu región. Los olores penetrarán en la memoria de tus hijos y les ayudará a identificar y apreciar el ritmo tranquilo de las estaciones.
10 Un picnic de otoño
Sentarse a tomar unos frutos secos, sandwiches o bocadillos en una mesa llena de hojas puede ser un plan tan bueno como hacerlo en primavera. Sólo hay que esperar ese día templado y soleado de otoño para disfrutar del aire puro y ver a tus hijos corretear entre las hojas. Recuerda que lo que hace que los virus se multipliquen los virus no son los espacios abiertos sino permanecer en lugares cerrados.
Espero que este post os ayude a vosotros y vuestros amigos a disfrutar más si cabe este otoño!
Por: Álvaro Bilbao. Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres“
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