Durante el primer año el cerebro del bebé crece y se desarrolla como no lo volverá a hacer. Aunque cada niño viene de serie con una genética que condicionará su carácter, su personalidad y su inteligencia, el contacto con los padres durante estos primeros 12 meses facilita que estos genes se expresen y el niño alcance todo su potencial. En algunos aspectos como la capacidad para caminar, la influencia de los padres es pequeña, pero en otros como el desarrollo de la confianza es esencial y la actitud de los padres marcar el resto de su vida. Aquí tenéis 10 ideas clave para ayudar a un desarrollo pleno durante el primer año de vida de tu bebé.
La influencia de los padres durante el primer año de vida de los niños es enorme. Condiciona su seguridad, confianza y capacidad para relacionarse con los demás.
SI, dedica mucho tiempo a estar con tu hijo
Cada minuto que paséis juntos durante estos primeros meses de su vida redundará en una mayor confianza y autoestima del niño. Además durante este primer año los bebés cambian muy rápido, es prácticamente pestañear y perderte algo, así que disfruta tanto como puedas junto a tu bebé.
NO desatiendas su llanto
Es fundamental que le consueles. No hace falta angustiarse ante el más mínimo llanto; es normal que el niño llore, aunque también es natural y normal atenderle y consolarle en nuestros brazos cuando esto ocurra (sea la hora de dormir o no). La atención al llanto del bebé es esencial para que el niño desarrolle un apego seguro. Desatender al bebé que llora puede provocar que el niño pierda confianza en ti, pero sobre todo…en sí mismo.
SI, contacto físico
Algunos padres y madres son más besucones, achuchones y tocones que otros. Si abrazar y achuchar no es lo tuyo, te recomiendo que vayas rompiendo tus barreras emocionales porque el contacto físico entre la madre, el padre y el bebé es esencial para el desarrollo emocional e intelectual sobre todo durante el primer año de vida. Podéis meterle en vuestra cama, darle un masaje, llevarle en un portabebés, tenerle en brazos, besarle, achucharle y hacerle todo tipo de pedorretas, pero aseguraros de tener un contacto íntimo con vuestro bebé porque su cerebro lo agradecerá.
NO le ofrezcas al bebé dispositivos electrónicos como tablets o teléfonos móviles
Sabemos que en algunos momentos puede ser difícil darle de comer y que la tablet puede obrar maravillas para que esté tranquilo. Sin embargo, en realidad lo que le estás enseñando es a distraerse con otras cosas cuando se tiene que concentrar en estar tranquilo y comer. Creemos que los niños que se exponen a edades tempranas pueden tener dificultades en el desarrollo de la atención. Por eso la Asociación Americana de Pediatría recomienda que no expongamos a los niños a dispositivos digitales durante los primeros 18 meses de vida.
SI, háblale
Está demostrado que los niños a los que se les habla con frecuencia tienen un mayor desarrollo a nivel de lenguaje en edades tempranas y, además un mejor vínculo afectivo. Puede que sientas que tu bebé no entiende nada de lo que dices, pero él o ella utiliza tus palabras para descifrar las reglas del lenguaje; qué sonidos comienzan una palabra, qué sonidos la suelen terminar, o cuáles por ejemplo, indican aprobación.
NO, le atosigues
A partir del sexto mes el bebé tendrá momentos de entretenimiento autónomo, ya puede agarrar objetos con sus manos, y pronto empezará a gatear. Para que aprenda a dominar su entorno necesita tener tiempo a su disposición para jugar, explorar y practicar con sus manos, piernas y volteos. Además dar espacio al niño para sus cosas es una regla fundamental para favorecer las funciones de atención y concentración. Si cada vez que está entretenido con algo realmente estarás consiguiendo captar su atención a costa de desconcentrarle de lo que estaba haciendo, así que si le ves entretenido déjale que siga a lo suyo. Observa y disfruta.
SI, interacciona con él con normalidad
Aunque parezcan angelitos, los bebés son seres de este mundo y se benefician y disfrutan de estar en contacto con su entorno. Desde bien pequeños disfrutan de visitar el supermercado, de dar un paseo en el carrito o en un portabebés, de visitar a sus abuelos y a tus amistades. No se trata de no dejar al bebé ni un minuto tranquilo, pero tampoco de tenerle en una burbuja..es totalmente normal y saludable que el niño se exponga a todos los estímulos del mundo, siempre con tu apoyo y confianza.
NO intentes adelantar su ritmo de crecimiento
No le cojas de los brazos para que camine, ni le compres un andador; es mucho mejor que aprenda a caminar solo, cuando sus piernas tengan fuerza y su equilibrio esté desarrollado.
SI, juega mucho con él
El juego entre el bebé y su madre, padre, abuelos y hermanos es junto con la exploración libre la fuente más importante de conexiones durante los primeros años de vida. No sólo le permite aprender aspectos prácticos acerca de su entorno como por ejemplo la permanencia de los objetos sino que es una fuente de contacto, vínculo y afecto insustituible..¿o acaso eres capaz de jugar más de un minuto con un bebé sin besarle, pedorretearle o achucharle?
NO te enfades con tu bebé
El bebé es un ser inocente. Su cerebro no tiene la capacidad para tener mala intención o hacerte el día imposible. Por ello, aunque no te deje dormir, aunque llore justo cuando tu vas a ducharte, aunque escupa la papilla sobre tu camisa…no te enfades con tu bebé. Utiliza tu calma para enseñarle a calmarse, tu paciencia para que sea paciente, tu tranquilidad para que esté sosegado y tu equilibrio mental para que poco a poco él o ella se vaya equilibrando. Si te cuesta mantener la calma y actuar de una manera positiva, puedes aprender aquí.
SI, puedes comenzar a poner pequeños límites
Los límites de bebé (pequeños límites del día a día) pueden ponerse desde bien pequeños. Los límites son importantes para su desarrollo y seguridad y si lo piensas bien probablemente ya lo estás haciendo. Apártale de los enchufes (o mejor pon un protector para que le límite), retírale la botella de lejía con un dulce “no cariño, esto no” o simplemente apártale la mano con ternura si te retuerce el pezón con demasiada fuerza. Como ves los límites del bebé son una muestra de amor y sentido común.
Por Álvaro Bilbao – Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres”