¿Por qué los niños se comen los mocos?

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No quiere comer verduras pero se mete el dedo en la nariz en cuanto tiene ocasión. Esta es una cuestión que inquieta tanto a padres como a científicos no desde hace décadas, si no siglos o milenios. ¿Por qué los niños se comen los mocos como si nada, pero les da arcadas un trocito de brócoli o espinaca?

Sabemos que no lo hacen para fastidiarnos ni para demostrar quién está al control de la situación, si no que su consumo puede contribuir al fortalecimiento de su sistema inmunológico, de acuerdo con algunos estudios. Aunque esa no es la cuestión que hemos venido a tratar aquí. Lo que quiero explicarte son algunas razones que explican por qué son capaces de hacer esto, pero les da asco las verduras.

1. Porque el moco es pequeño

Puede parecer una tontería pero es mucho más sencillo probar un moco porque es pequeño, que cosas grandes. Esto responde a un instinto de protección cerebral que previene intoxicaciones y un fenómeno de rechazo alimenticio denominado neofobia ingestiva. En la naturaleza el cerebro prueba alimentos potencialmente peligrosos poco a poco. Si pasados unas horas no se encuentra enfermo podrá volver a poblarlos. Así que si quieres que tus hijos coman verduras, el primer paso será simplemente que prueben un trocito pequeño. La estrategia del plato lleno es un fracaso casi asegurado.

2. Lo probó en la edad más indicada

El cerebro de los niños entre los 6 meses y los 2 años está especialmente preparado para probar todo tipo de alimentos, y por eso hay niños que se comen los mocos. En esta la edad en la que recomendamos que se empiece con la alimentación complementaria autorregulada (Baby Lead Weaning) ya que el niño explora todo con su boca, probando todo tipo de alimentos; y aunque no soy partidario de eliminar los purés, el niño tiene que tener tiempo para probar antes otros alimentos, especialmente frutas y verduras.

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3. Lo ha tenido cientos de veces delante

Antes de que el niño empiece a comerse sus propios mocos es muy probable que los haya contemplado cientos de veces. Así que, si quieres que tu hijo coma verduras, encárgate de que las vea. Es una regla básica en mi casa. Intentamos que siempre haya un plato de verdura en la mesa, ya sea como principal o como guarnición, para que siempre estén presentes. Esto hace que se acostumbren a su presencia y reduce el resigo de rechazo.

4. Porque lo puede comer con las manos

A todos nos gustan las comidas que se comen con las manos. La pizza, las hamburguesas, los frutos secos, las croquetas, las empanadillas y también los dulces. Pues seguro que a tus hijos mucho más todavía, y esa es una de las razones que explican por qué se comen los mocos los niños. Deja que coman trocitos de verdura con la mano, porque a su cerebro le resultarán más atractivas así y les ayudará a disfrutar comiéndolas.

5. Porque nadie le dice cómetelo todo

Hay infinidad de estudios que indican que cuando el cerebro escucha una orden tiende a bloquearse y rechazar aquello que nos proponen. La comida no es una excepción, y por eso y por otros motivos, obligar no suele ser una buena estrategia.

El niño rebusca, engancha, extrae, contempla y se come el moco con total libertad. Así como decíamos antes se siente libre y en control, come la cantidad que le apetece, aquella que le es suficiente para satisfacer su curiosidad o su apetito. Así que no obligues a tu hijo a comer una gran cantidad de algo que no le gusta porque sólo conseguirás el efecto contrario.

Y ahora que ya sabes por qué los niños se comen los mocos, y que entendemos cómo funciona su cerebro y cómo piensan, podemos acercarnos a ellos y entenderlos mejor, para poder así comprenderlos y educarlos desde el amor y la comprensión.

Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.

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