Sabemos que un consumo excesivo de azúcar favorece el sobrepeso y la aparición de diabetes tipo II. También sabemos que los hábitos de consumo han cambiado. Pero, ¿es realmente adictivo el azúcar? Si hablamos con propiedad seguramente no. Para que una sustancia sea considerada adictiva se tienen que reunir dos condiciones; la primera es que debe crear habituación, es decir, que el cerebro demande cantidades cada vez mayores de la sustancia porque las dosis cada vez van teniendo menos efecto y por lo tanto necesita dosis mayores para repetir el efecto deseado.
La segunda es que la retirada de la sustancia cree un “sindrome de abstinencia” o lo que es lo mismo, que la persona experimente malestar físico o psicológico cuando no puede tomar la sustancia. Todo parece indicar que el azúcar provoca síndrome de abstinencia, pero lo que no está tan claro es que sea una sustancia que provoque habituación. En este sentido, no es una sustancia adictiva en el sentido estricto de la palabra, aunque sabemos que engancha. Engancha al cerebro, engancha a los adultos y engancha a la sociedad. Y de qué manera…
Artículo de El País: Si el azúcar fuera una droga, no dejaría que lo tomaran los niños