Los tres años se encuentran en el huracán de la etapa de las rabietas y la mala gestión de la frustración. También se encuentran en el punto álgido de la imaginación infantil. Todo junto hace que tener una niña de tres años sea lo más divertido del mundo…
Hoy hemos decidido organizar una carrera alrededor de la piscina (fuera de la valla) en la que nuestra hija pequeña no ha dudado en ser juez y parte. Finalmente y después de cuatro carreras fallidas tanto sus padres como sus hermanos nos hemos dado cuenta de que es imposible ganar a una niña de 3 años en una carrera. Os cuento como ha ocurrido todo:
Lucía, de 3 años, me dice. “Papá, papá! Hacemos una carera y coremos supedpisa? Una carera alededó de la pisina!!!”. Toda la familia se une a la carera y nos ponemos en la línea de salida. En el lugar exacto donde nos dice Lucía.
Carrera 1. Primer intento.
Pistoletazo de salida! Apenas un segundo después escuchamos un grito a nuestras espaldas!! < Nooooo!!!!! No vale salir deprisa!!!!> Repetimos la salida y acordamos que Lucía tiene que dar la salida para que le de tiempo a reaccionar.
Carrera 2. Segundo intento.
Lucía da la salida, pero también se enfada en cuanto ve al resto de la familia volar antes de que ella pueda pestañear. <¡Que yo tengo que salir antes!!!!!!> Exclama enfadada..todos coincidimos en que quizás es justo que salga ella primero
Carrera 3. Tercer intento
Lucía da el pistoletazo de salida con un gran margen de ventaja…La vemos correr como una loca…me acerco…la adelanto y escucho….<Nooooooo!!!¡¡ Los papás no pueden correr!!!! > Paramos la carrera..repetimos con nueva regla..los papás pueden andar deprisa pero no correr.
Carrera 4. Cuarto intento
Lucía da el pistoletazo de salida. Se pone a correr después del “preparados”…pero antes antes de decir “listos, ya”. Su posición (un tercio de piscina por delante de todos) le da una gran ventaja sobre sus padres que no podemos correr y sobre sus hermanos que a pesar de todo corren como demonios. Su hermano de 7 años se acerca al final de la tercera recta. Van casi pegados. Doblan la esquina casi a la par y cuando solo quedan 8 metros para acabar la última recta el mayor la alcanza y la adelan…esperen un momento…<!!!!!!Nooooooo!!!!! Jooooooo!!!!!! Que no vale adelantar!!!!!>
Jajajajaja. ¡¡¡NO VALE ADELANTAR!!!! ES LA MEJOR REGLA PARA UNA CARRERA QUE A NADIE SE LE OCURRIÓ!!! Pues nada….todos muertos de risa por el suelo….
A todos nos queda claro…No se puede ganar una carrera a una niña de 3 años!!!!. Ya haremos otra carrera un día que esté la cosa más calmada. Sus hermanos unos santos..en lugar de picarse se mueren de la risa..
Hay una razón por la que los niños de tres años no llevan bien perder. Hasta los 4 años aproximádamente no desarrollan la mayor parte de neuronas inhibitorias que les permiten controlar su frustración. Por mucho que quieran no pueden evitar sentirse mal. Pueden enfadarse, enrabietarse, ponerse tristes o cambiar las normas…pero lo que les cuesta mucho trabajo (si realmente están motivados con el juego) es aceptar perder. Queda poco para que se haga mayor y ya no nos riamos tanto con sus ocurrencias. Pero por ahora es sobre todo momento de disfrutar y pasarlo bien todos en familia, porque las familias crecen unidas siempre que todos entendamos y respetemos el punto de desarrollo y las necesidades de cada uno.
Por supuesto que hay otros momentos en los que la ayudamos a entender límites, a respetar el derecho de sus hermanos y a ir desarrollando más autocontrol y confianza. Pero en este caso, siendo una carrera que había organizado ella, todas sus reglas parece que eran importantes para ella y para nosotros estaba todo bien.
Por: Álvaro Bilbao. Autor de “El cerebro del niño explicado a los padres“
Hola, me encanto el relato
Soy abuela de 4 niños, madre de 3 varones, he vivido esa situación muchas veces
Voy a tratar de comprar tu libro porque me interesa aprender más de los niños
Me encanto