La edad de inicio de utilización de pantallas es una de las preguntas más frecuentes e importantes que pueden hacernos los padres.
Vivimos en un mundo digital en el que las pantallas están en todas partes: en casa, en el colegio, en los restaurantes y hasta en la sala de espera del médico. Por eso no es de extrañar que muchos padres se pregunten: ¿a qué edad pueden empezar los niños a usar pantallas?
La respuesta no es sencilla, pero sí hay un consenso claro entre los expertos: cuanto más tarde se empiece, mejor.
En este artículo te cuento qué dicen las principales organizaciones pediátricas sobre este tema, por qué conviene esperar, cómo actuar si tu hijo ya ha empezado antes de tiempo y cómo introducir las pantallas de forma saludable y con límites claros.
Edad recomendada para empezar a usar pantallas
Desde el año 2018 la Academia Americana de Pediatria estableció que los menores de 2 años no deberían utilizar pantallas.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) se unió a esa recomendación pero a finales de 2024 ha actualizado sus recomendaciones sobre el uso de pantallas en la infancia, alineándose con la evidencia científica más reciente. ¿La novedad más importante? Recomiendan no exponer a los niños a pantallas de entretenimiento hasta los 6 años.
que muchos expertos veníamos reclamando desde hace una década.
Esto supone un cambio respecto a recomendaciones anteriores, que permitían cierto uso a partir de los 2 años. La razón del cambio está en los nuevos estudios sobre desarrollo cerebral infantil, que muestran cómo el uso prematuro de pantallas puede afectar al lenguaje, la atención, la autorregulación emocional y la calidad del sueño.
¿Por qué esperar es importante para el desarrollo de tus hijos?
Los primeros años de vida son una etapa clave para el desarrollo neurológico. En esta fase, el cerebro necesita estímulos reales: juego libre, movimiento, contacto humano, exploración sensorial… cosas que las pantallas no pueden sustituir.
Exponer a un niño a contenidos digitales demasiado pronto puede provocar:
- Retrasos en el desarrollo del lenguaje y la atención
- Dificultades en la regulación emocional
- Problemas de sueño y aumento de la irritabilidad
- Menor capacidad de concentración
- Aumento del sedentarismo
Por eso, esperar no es solo una recomendación preventiva: es una forma de proteger lo más valioso que tiene un niño en sus primeros años, su capacidad de crecer, jugar y desarrollarse de forma plena y saludable.
Recomendaciones por edades (según la AEP 2024):
- 0 a 2 años: Nada de pantallas, salvo videollamadas puntuales con familiares.
- 2 a 5 años: Tampoco se recomienda el uso de pantallas de entretenimiento. Solo podría permitirse un uso muy ocasional y siempre acompañado por un adulto.
- 6 a 12 años: Se puede empezar a introducir el uso de pantallas, con límites claros, contenidos adecuados y supervisión activa.
- A partir de 12 años: Es posible ofrecer más autonomía, aunque siempre con normas, diálogo y acompañamiento.
Puedes consultar las recomendaciones completas de la AEP en en este enlace, aunque yo quiero explicarte por qué estas recomendaciones son insuficientes.
Por qué no es suficiente
La edad de inicio es importante y el tiempo de exposición o juego con pantallas también. Pero desde mi punto de vista como neuropsicólogo no son lo más importante. Y no sólo lo digo yo. Un reciente estudio de la Universidad de Oxford con más de 20.000 niños también lo sugiere.
Las investigaciones afirman que si como padres no sabemos poner límites y normas y no ayudamos a los niños a desarrollar habilidades como el autocontrol y la gestión emocional da igual cuánto retrasemos el inicio de la exposición a pantallas o cuánto controlemos el tiempo.

Por qué la edad de inicio no es lo más importante
Desde luego la edad de inicio es un factor importante para prevenir problemas relacionados con el uso de pantallas a edades tempranas como el retraso del lenguaje o las dificultades de atención y concentración. Por eso desde hace más de 10 años formo a padres y les explico que antes de los 6 años no deberían utilizar pantallas interactivas.
Pero los estudios indican que la edad de inicio o el tiempo de pantallas no son el factor más importante para prevenir problemas de adicción a las pantalla ni dificultades de comportamiento y control emocional. El factor más importante tiene que ver con la forma en la que los padres ayudamos a nuestros hijos a desarrollar una buena capacidad de gestión emocional y control de las pantallas.
Porque independientemente de la edad a la que nuestros hijos inicien su andadura en el mundo digital van a estar expuestos a estímulos muy intensos y un sistema visual diseñado para enganchar su atención y generar en ellos adicción a las pantallas. Es una realidad; las pantallas son adictivas por sí mismas.
Lo más importante que podemos enseñar a nuestros hijos son habilidades de autocontrol y gestión emocional para que puedan regularse con nuestra ayuda porque ningún adulto ni mucho menos niño está inmunizado frente al efecto adictivo que tienen las pantallas en nuestro cerebro. Precisamente por eso en mi curso Pantallas Bajo Control ponemos el foco en enseñar a los padres cómo pueden ayudar a sus hijos a desarrollar autocontrol y gestión emocional de las pantallas con un sistema progresivo paso a paso.

¿Qué pasa si ya ha empezado a usarlas antes de tiempo?
Muchos padres recurren a las pantallas como una forma de entretener, calmar o incluso educar a sus hijos desde muy pequeños. Es comprensible: vivimos en un entorno que normaliza su uso desde edades muy tempranas.
Si tu hijo ya ha empezado a usar pantallas antes de los 6 años, no te culpes. En mi formación online seguimos un enfoque libre de culpa en la que te ofrecemos información y herramientas prácticas para que puedas encontrar soluciones efectivas. En estos casos lo más importante es saber que nunca es tarde para reconducir la situación. Aquí tienes algunas claves:
- Evalúa el tipo de uso que está haciendo tu hijo: ¿Está viendo contenido adecuado? ¿Durante cuánto tiempo al día?
- Reduce el tiempo de pantalla de forma progresiva, sustituyendo ese tiempo por juegos, lectura o actividades al aire libre.
- Evita usar las pantallas como premio o castigo, ya que esto aumenta su valor emocional.
- Habla con tu hijo sobre lo que vais a cambiar y por qué, adaptando el mensaje a su edad.
Si te preocupa haber llegado tarde o no saber cómo actuar, puedes leer este artículo complementario: Cómo saber si tu hijo está abusando de las pantallas
En mi experiencia profesional
Padres y niños se benefician de seguir la recomendación de los principales expertos y asociaciones de pediatría de no exponer a los niños a pantallas de entretenimiento hasta los 6 años
Los padres deben conocer bien las necesidades de desarrollo de sus hijos como que durante los primeros años, el cerebro necesita movimiento, juego y relaciones reales.
El factor más importante para prevenir problemas de comportamiento no es la edad de inicio sino la progresividad y el desarrollo de habilidades de autocontrol y gestión emocional.
Si ya se ha empezado antes de tiempo, siempre se puede reconducir la situación con firmeza, comprensión y desarrollo de esas habilidades.
A partir de los 6 años, las pantallas deben introducirse con supervisión, normas y límites que ayuden al desarrollo de habilidades de autocontrol y gestión emocional.
Un factor determinante que ayuda mucho a los niños es que los padres tengan una conciencia clara del riesgo que tienen las pantallas y que hagan un uso saludable que sirva de ejemplo y modelo para sus hijos