El arte de la guerra es un libro sobre tácticas militares escrito hace 2.500 años. Alguien dijo alguna vez que la mejor forma de encontrar una idea nueva es leer un libro viejo. Yo soy un entusiasta de la idea de que una formación diversa ofrece un punto de vista más amplio y equilibrado a nuestra vida o nuestra profesión. Por eso en las últimas semanas he estado leyendo el libro “El arte de la guerra” de Shu Tzu y os puedo asegurar que ha habido un sin fin de referencias que he pensado podrían ser útiles para cualquier familia.
No quiero que nadie piense que mi punto de vista es el de que la educación es una guerra entre padres e hijos. Si fuera así hubiera titulado este post “El arte de la guerra para padres”. Creo que en todo caso puede haber una guerra conjunta de padres e hijos por lograr una buena armonía en el mundo que nos rodea. Los enemigos no son los niños, sino la falta de respeto y la falta de disciplina. La batalla diaria no es contra el niño que no quiere bañarse sino contra la resistencia del cerebro para adoptar nuevos hábitos. El combate no se centra en que el niño se siente a cenar o no, sino que el combate es contra la falta de respeto que conlleva decirle que se siente gritando. Todos, padres e hijos libramos una batalla diaria por aprender las costumbres, seguir unos hábitos positivos y construir un clima familiar positivo en el que los niños crezcan con una buena confianza y autoestima.
Por eso en este post te voy a dejar 5 ideas muy sencillas relacionadas con las viejas enseñanzas del maestro Sun Tzu y que creo pueden ser de utilidad para tu familia.
1. Sólo el que se conquista a sí mismo es poderoso
Criar a un hijo no es una batalla contra el niño, sino una batalla que padres e hijos libramos juntos. Si quieres ganar la batalla de la educación comienza por controlar tu carácter. Está demostrado que los niños respetan más a los padres que son capaces de poner límites de forma adecuada que a aquellos que se pasan de duros o no se atreven a poner límites.
Ejemplo: Marta tiende a perder los nervios cuando sus hijas pelean entre sí. Se pone muy nerviosa y tiende a gritar para separarlas. Con el apoyo de un psicólogo Marta entiende que sufre mucho estrés en el trabajo porque tiene una jefa muy autoritaria a la que le da miedo poner límites. Decide tomar un paso al frente y frenar ese abuso de poder diciendo símplemente “No”. “No voy a poder terminar esto para mañana”. De esta forma Marta se siente menos sometida, siente menos estrés y es capaz de entender que sus hijas se enfaden entre sí de vez en cuando. También es capaz de intervenir cuando es necesario sin volcar sobre sus hijas toda la frustración que sentía por no poder hacer frente a su supervisora.
2. Ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca
El razonamiento no es el punto fuerte de los niños. Los niños no apagan la tele porque “razonen” que no es bueno para su desarrollo o porque “razonen” que ya han visto suficiente tele. Los niños que responden bien a las peticiones de los padres lo hacen por el “Afecto” y la “Confianza”
Ejemplo: Pedro y sus padres discuten cada vez que tiene que hacer alguna cosa que no le apetece; especialmente apagar la tele. Sus padres trabajan mucho y no tienen mucho tiempo para “tonterías”. Sus padres, después de hacer el curso “Educar en positivo” sospechan que esta falta de tiempo puede estar detrás de algunas malas respuestas por lo que deciden dedicar más tiempo cada semana a jugar, pasear con Pedro y escuchar todas las cosas que les tiene que contar de sus muñecos, sus amigos y la escuela. De alguna manera sienten que ahora Pedro responde mejor a sus peticiones y sobre todo no se enfada tan fuerte cuando le piden apagar la tele. Ellos son capaces de entender cuando algún día necesitan bajar la presión porque conocen de su conflicto con ese niño con el que coincide en el patio los martes y jueves y Pedro es capaz de entender que sus padres hay días que también están cansados. Todos se conocen y se entienden mejor y ponen de su parte para ayudarse entre sí porque se sienten más cercanos y conectados.
3. La mejor manera de ganar cualquier combate es anticiparse
El 90% de las situaciones difíciles se pueden prevenir. Explicar a los niños lo que va a ocurrir, retirarnos antes de que estén cansados o consensuar cómo vamos a proceder son sólo algunos ejemplos de estrategias eficaces.
Ejemplo: María se pone furiosa los miércoles cuando su papá le dice que tiene que ponerse el chándal para ir a la escuela porque toca deporte (ella siempre quiere ir con algún vestido). Su papá decide anticiparse y todos los martes por la noche lo habla con su hija, le explica que la mañana siguiente tienen que vestirse con chándal y antes de acostarse dejan su ropa preparada. Desde que lo hacen así María se enfada muchos menos días porque se cuando se mete en la cama la noche anterior ya está un poco más concienciada y, porque tener la ropa preparada hace que no necesite abrir su armario y ver los vestidos preciosos que tiene colgados.
4. No entres nunca en un combate si no ganas nada con la victoria
A veces nos empeñamos en que los niños hagan una serie de cosas que creemos importantes pero que realmente no lo son en ese momento de sus vidas. Hay edades para trabajar la relación con los hermanos, edades para trabajar el respeto a los mayores y edades para trabajar la compostura en la mesa.
Ejemplo: Los padres de Carla (7 años) se ponen muy nerviosos porque ella quiere ir con mallas todos los días al cole pero ellos prefieren que vaya con vestidos o pantalones vaqueros. Simplemente….¡No comprenden la moda de las mallas! Sin embargo, parece que a Carla le encantan y es muy importante para ella. Después de darle muchas vueltas se dan cuenta de que en realidad a ellos no les influye de ninguna manera el hecho de que su hija vaya al colegio con vaqueros o con mallas y deciden que no merece la pena pelear cada día por decidir la ropa que debe llevar. Eso sí. Acuerdan con ella que no podrá ir al cole con unas mallas que estén sucias o rotas porque, tal y como le explican, la suciedad es algo que provoca rechazo en los demás.
5. No entables batalla si no tienes suficientes fuerzas para ganarla
Uno de los mayores enemigos de cualquier padre es el propio cansancio. Los padres trabajamos, hacemos la comprar, recogemos la casa, lavamos la ropa, cocinamos y cuidamos de los niños. Simplemente no podemos llegar a todo. Por eso es importante elegir bien los combates que quieres pelear y los que no. Recuerda que tu tienes más conocimientos y razones que tus hijos pero ellos siempre tendrán más energía.
Ejemplo: Marcos y Cristina discuten continuamente con su hijo Hugo (de 6 años) por tres motivos principalmente. El primero es que es muy despistado y no sujeta bien los cubiertos. El segundo tiene que ver con que muchos domingos ve la televisión más tiempo del que han acordado. El tercero es que pega mucho a su hermano Andrés (3 años). Sus padres tienen otro hijo de tan sólo 6 meses. Apenas duermen 2 ó 3 horas seguidas y se sienten francamente agotados. Deciden centrarse en el problema de cuando Hugo pega a Andrés y deciden dejar los otros dos problemas para más adelante. Acuerdan no decirle nada de los cubiertos durante el próximo mes y recordarle lo de la tele pero no enfadarse ni focalizarse en ese problema todavía. Desde que lo están enfocando de esa manera Hugo está mucho menos “Chinchón” con su hermano y, aunque sigue agarrando los cubiertos “a su manera” todos están en casa mucho más tranquilos y sus padres lo tienen apuntado para trabajar con Hugo este tema el próximo mes.
Sabios consejos, sin duda, que confirman que en un libro viejo podemos encontrar un sin fin de ideas nuevas. Como puedes ver hay estrategias que nos ayudan a saber qué combates debemos luchar y cuales no, cuándo tenemos suficientes fuerzas para asegurarnos la victoria y cuando es momento simplemente de no luchar. Pero lo más más importante es que recuerdes que tus hijos no son tu enemigo sino tu mejor aliado y por eso es importante que te ganes su confianza e intentes tenerlos siempre de tu lado.