De la misma manera que hay frases que pueden poner de los nervios a la madre que da el pecho, hay otras que pueden provocar un dolor y culpa innecesarios a aquellas madres que dan el biberón. No dar el pecho puede ser una decisión tomada de antemano. Otras veces se combina biberón y lactancia.
En otros casos las madres más ilusionadas con la lactancia materna deciden destetar por complicaciones que aparecen después del parto como candidiasis o mastitis que pueden llegar a ser muy dolorosas. Con un buen apoyo de las matronas la lactancia se suele poder conservar, pero en muchos casos el dolor, la frustración y las ganas de disfrutar del bebé hacen que muchas madres acaben desistiendo.
También hay causas médicas que contraindican la lactancia total o temporalmente como algunos virus (herpes simple en el pezón), o ciertos tratamientos médicos (quimioterapia citotóxica).
En todos los casos nos encontramos ante madres que deciden no dar el pecho por otros motivos pero siguen queriendo hacer lo mejor para su bebé y vivir la maternidad y el contacto con su bebé con toda la ilusión, pero que, con frecuencia viven su decisión con angustia y culpa, en parte por las frases que escuchan de otras personas. Varias madres me han contado sus experiencias y estas son algunas de las frases que me han hecho llegar:
1. ¿No le vas a dar el pecho?
Hay muchas maneras de preguntar las cosas y muchas madres que han optado por el biberón han escuchado esta pregunta demasiadas veces. Les hace sentir marcianas y culpables. Una madre que tuvo especiales dificultades durante las primeras semanas después del parto me comentaba lo frustrada y culpable que se sentía cuando le preguntaban esto. En sus propias palabras ella preferiría que le hicieran una pregunta más respetuosa como: ¿Le estás dando el pecho o biberón?”
2. La de farmacia no es igual
Esta frase, a pesar de ser cierta, resulta innecesaria. Gracias al buen trabajo de muchos profesionales y la propia Organización Mundial de la Salud hoy en día todos los padres que van a tener un bebé han recibido esa información.
El ginecólogo lo explica a los padres, se explica en las clases de preparación al parto y los pediatras y matronas lo explican también.
3. Inténtalo un poco más
He conocido a muchas mamás que después de intentarlo durante semanas se pasan al biberón porque simplemente las dificultades se acumularon y vieron que era la mejor decisión para ellos. Ante estos comentarios muchas de estas madres se sienten tremendamente culpables precisamente porque ya saben todos los beneficios de dar el pecho y les gustaría haber podido dárselo a su bebé.
4. No dejes de intentarlo
La tolerancia al dolor y la frustración varía mucho de persona a persona. Seguramente si estás diciendo esta frase es porque la mamá a la que hablas ya lo está pasando mal. Sin embargo no hay manera de que te pongas en sus zapatos y sepas realmente su grado de sufrimiento o frustración. Posiblemente le ayude más que le digas algo así como: Me imagino que lo estás pasando muy mal, si te puedo ayudar en algo dímelo, hazme las preguntas que quieras o cuéntame cómo te sientes.
5. Con el biberón de malacostumbran
La verdad es que hay muchos niños que combinan biberón y pecho a la perfección. De hecho hay niños que por problemas médicos comienzan con el biberón y siguen por la leche. También es muy habitual combinar leche y biberón cuando el niño tiene poco peso o está deshidratado (por una diarrea, por ejemplo). En los casos en los que la lactancia materna se mantiene una vez la madre ha vuelto al trabajo los niños combinan estupendamente bien el biberón (con la leche que la mamá se sacó), cuando la madre está en el trabajo y pecho cuando está en casa.
6. Es buena para su inteligencia
Efectivamente todos los estudios ligan la lactancia materna a un mayor desarrollo del C.I. Sin embargo, estos mismos estudios no apuntan a la lactancia materna como el aspecto que más influye en el desarrollo intelectual del niño durante los primeros meses de vida. Hay otros aspectos como la nutrición (en la que influye la cantidad de fruta y pescado azul) o niveles de estrés que experimenta la madre durante esos meses. A pesar de estos datos, las madres que no toman suficiente pescado azul no se sienten perseguidas por aquellas que sí lo hacen.
7. Y para el sistema inmunológico
Si. Otro dato más. La leche materna contiene todas las bacterias que pueden fortalecer el sistema inmunológico del niño. Aunque también sabemos que vivir en el campo y rodeado de animales es mucho mejor para el sistema inmunológico que crecer en una ciudad y no por eso las madres del campo se lo repiten constantemente a las madres de ciudad.
8. ¿Vas a desperdiciar tu leche?
Puede resultar difícil de entender para una persona que no está en la situación de una madre que decide no dar el pecho por el motivo que sea, ya hemos explorado muchos de los motivos. Pero hacer chantaje emocional, no suele funcionar para convencer a nadie de que cambie de opinión. En muchos casos la culpabilidad y la angustia hacen que sienta todavía más rechazo.
Hay muchos estudios que demuestran que la presión aleja a la persona de la posibilidad de cambiar de actitud. La mejor opción para ayudar tanto a la mamá como al niño es ofrecer comprensión ante las dificultades, respeto antes los miedos y planteamientos y tender la mano para que la madre la coja si es lo que quiere.
Creo que es muy importante que los profesionales y las personas cercanas a los nuevos padres ofrezcan toda la información disponible acerca de las ventajas de la lactancia materna, así como la ayuda y apoyo para que puedan ofrecerla a su bebé. Sin embargo, también creo importante que toda mamá sea respetada y apoyada en la decisión que tome. Al fin y al cabo, todos los bebés tienen derecho a mirar a los ojos de una mamá que se siente tranquila, feliz y satisfecha mientras le alimenta, bien sea con su propia leche o con el biberón.
Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.