Entre los padres que esperan su bebé es normal tener cierto temor a verlo feo nada más nacer. Es normal sentir temor a encontrarnos con un bebé feo porque todos los padres tenemos en la mente esa imagen del bebé angelical, limpito y envuelto en un trapito como si hubiera venido directamente del cielo.
Es frecuente también que en una primera impresión los padres se asusten o se preocupen porque su bebé no se ve como ellos esperaban. Esta primera impresión y la preocupación asociada puede durar algunos minutos, horas o incluso semanas, pero suele ser algo que desaparece pronto.
¿Hay bebés recién nacidos feos?
La verdad es que esta es una pregunta de difícil respuesta. En primer lugar porque la estética es una de las cosas más subjetivas que hay. Es posible que recuerdes algún compañero de trabajo o amigo de la universidad que cuando lo conociste pensaste que era feo y, a medida que has ido conociéndolo más y más has dejado de ver esos rasgos de “fealdad” de lo maravillosa persona que es. Por ese motivo cuando alguien dice o se pregunta “¿Son feos los bebés recién nacidos?“ a mi me sale de forma natural decir que depende de muchos factores pero sobre todo de la mirada de los padres.
Por supuesto que existen toda una serie de condiciones relacionadas con la vida intrauterina y el propio proceso del parto que pueden hacer que unos bebés se vean menos “angelicales” que otros. Algunas de estas condiciones normales en los recién nacidos son:
Alteraciones en el rostro
Es habitual que el mero tránsito por el canal del parto haga que el bebé presente algunas alteraciones temporales en el rostro. Estas alteraciones en el rostro pueden ser muy llamativas en los primeros minutos de vida pero suelen disiparse en poco tiempo. En los casos en los que el parto ha sido complicado estos rasgos pueden acentuarse (aunque tampoco son permanentes) mientras que si el bebé nace por cesárea son prácticamente inexistentes, Los rasgos más característicos suelen ser:
- Cara hinchada
- Rostro entumecido
- Párpados hinchados
- Nariz achatada o ligeramente aplastada
Forma de la cabeza
Otro factor que hace que algunos padres perciban que su bebé es feo tiene que ver con la forma de la cabeza. Es algo totalmente normal que la cabeza del recién nacido se desvía de la forma redondeada que muchos padres tienen en su mente. Esto ocurre por el estrés al que se somete la cabeza del bebé en los partos vaginales que hace que se aplaste ligeramente por los lados haciendo que se vea alargada. Esto, sin embargo es algo que se va corrigiendo con el paso de los días.
Alteraciones en la piel
La piel de los recién nacidos es otro aspecto que llama mucho la atención de los padres primerizos. Dentro de los aspectos de la piel del recién nacido que suelen llamar la atención de los padres o hacerles pensar que su bebé es feo nos encontramos tres fenómenos muy habituales.
Coloración
Es normal que el color de nuestro bebé nos asuste o nos preocupe porque la mayoría de padres tienen la creencia de que un color azulado es síntoma de que el bebé ha nacido con algún problema. En cierto sentido hay algo de cierto en este temor porque esa coloración mantenida en el tiempo puede ser indicador de un problema respiratorio, pero la realidad es que en el momento del nacimiento la mayoría de los bebés tiene una coloración que suele oscilar entre el azul, el morado y el rojo oscuro.
Es por tanto algo totalmente normal durante los primeros minutos de vida que no debe alarmarnos. Una vez que el bebé toma aire y empieza a respirar ese color se va volviendo poco a poco más rosado. En algunos casos las manos o los pies pueden seguir viéndose azulados unas horas después del nacimiento ya que los vasos sanguíneos que riegan las extremidades son los más finos y los que más tardan en recibir la cantidad suficiente de oxígeno para adquirir su color normal. Si después de haber leído este artículo el color de tu bebé al nacer te parece extraño o estás preocupado lo mejor que puedes hacer es preguntar a la matrona si el color es normal. Muchas veces preguntar es la forma más rápida de solventar una duda y sentirnos más tranquilos.
Piel gruesa o con costra
Es muy habitual que cuando el bebé nazca su piel tenga una textura gruesa o rugosa a la vista. Se trata de una película grasosa y blanquecina que recubre toda la superficie corporal del neonato y que recibe el nombre de Vernix caseosa. La vérnix se suele producir en la última etapa del embarazo, es totalmente normal y tiene como misión proteger la finísima y delicada piel del recién nacido.
En cierto sentido es como una especie de armadura compuesta de escamas de piel y sebo similar a la capa que recubre un brazo que ha estado escayolado desde hace tiempo. A pesar de que su aspecto es “inesperado” y de ser una de las principales “sorpresas” que hacen que en un primer momento algunos padres puedan ver feo a su bebé, la realidad es que no sólo es inofensiva sino que tiene importantes funciones para proteger al bebé ya que le ayuda a (1) regular su temperatura, (2) evitar la deshidratación en los primeros días de vida y (3) es una barrera inmunológica.
Vello o lanugo
Los recién nacidos suelen venir al mundo cubiertos de una capa de pelo suave, fina e incolora a la que llamaos lanugo. El lanugo es un tipo de vello muy sencillo cuya principal función es permitir que la capa de sebo y piel muerta (la vermix caseosa) se una a la piel contribuyendo así a la protección de la epidermis que, como ya hemos comentado, es muy sensible. Esta capa de pelo suele desaparecer entre los 3 y los 6 meses de edad cuando se desprende de la vermix caseosa y desarrolla tanto el vello como el cabello.
¿Qué puedo hacer si tengo miedo a que mi bebé sea feo?
Lo primero que puedes hacer es comprender que es totalmente normal tener miedo. Cuando unos padres están esperando un bebé lo más importante para ellos es que ese bebé nazca sano y no tenga ninguna enfermedad. Muchas veces asociamos le hecho de que un bebé sea feo con la preocupación por que ese bebé no esté sano, aunque esto no tiene por qué ser así.
Lo más normal es que aunque en un primer momento el bebé no tenga buen aspecto en unas horas o días sus rasgos faciales el color de su piel y su aspecto general sean saludables. También es normal que queramos que nuestro hijo tenga buen aspecto en general ya que instintivamente intuimos que las personas con facciones más armoniosas tienen más posibilidades en la vida. Por lo tanto, el temor de de tener un bebé “feo” es algo totalmente normal que ocurre a muchas madres y muchos padres.
Otro motivo que puede hacer que algunas madres se preocupen por la posibilidad de que su bebé sea feo tiene que ver con los cambios hormonales que se producen en el embarazo y que pueden provocar alteraciones en el estado de ánimo. En este sentido es importante que sepas que, a veces, un cambio en el estado de ánimo puede hacer que en primer lugar la mamá sienta angustia o preocupación y en segundo lugar fije una idea en la que centrar su angustia (por ejemplo la preocupación por la salud o aspecto del bebé). En caso de que sientas que te ocurra esto, puede ser importante que consultes con tu ginecólogo para que te oriente sobre si debes hacerte pruebas o consultar con otro especialista.
- Sin estás experimentando esta sensación puede ser importante que lo hables con tu pareja o tu familia.
- Es importante que no descuides otros aspectos de tu embarazo o el de tu pareja como comer saludablemente y mantenerte activa (siempre que tu salud lo permita)
- Es importante que te centres en aspectos positivos como la preparación del “nido” o la compra de la ropita de tu bebé.
- En caso de que llegue a ser una obsesión puedes consultar con un psicólogo perinatal que te ayudará a superar este miedo.
¿Qué puedo hacer si acabo de conocer a mi bebé y lo veo feo?
Si acabas de tener un bebé y estas preocupada o preocupado por su aspecto lo más importante que puedes hacer es daros tiempo. Tanto a ti como al bebé. Recuerda que los bebés nada más nacer se suelen ver hinchados y congestionados de todo el esfuerzo que han tenido que realizar durante el parto. Recuerda también que las pequeñas “alteraciones” faciales y dermatológicas como la coloración de la piel se normalizan en unas pocas horas y otras como el lanugo o la vérnix caseosa tiene una función importante y también pasarán, aunque lleve un poco más de tiempo.
El tiempo también es importante porque ayuda a los nuevos padres que sienten que han tenido un bebé feo, a familiarizarse con su rostro. Muchas veces no es un tema estético sino simplemente de extrañeza.
Muchos padres esperan crear un vínculo único y maravilloso con su bebé en las primeras horas y días de su nacimiento y esta expectativa no siempre es realista. Algunas madres vinculan con su bebé nada más nacer y otras tardan días, semanas o incluso meses en sentir esa conexión especial.
Esto tiene que ver con las hormonas que son segregadas con el parto y el estado de ánimo de la madre, así como su capacidad para acostumbrarse a los cambios. En el caso de los padres lo extraño suele ser que creen ese vínculo con el bebé nada más nacer ya que es el primer contacto que tienen con él y, por lo general, suele llevar un poco más de tiempo. En todos los casos es normal que haya variaciones en el tiempo que tardamos en crear un vínculo con nuestro bebé. Pasar tiempo con él y realizar las labores de cuidado es la manera rápida y natural de despertar ese “instinto” maternal o paternal.
En otros casos, a pesar del paso del tiempo y de realizar las tareas diarias de cuidado del bebé, como el cambio de pañal, la alimentación o el baño es posible que alguno de los progenitores no llegue a desarrollar esa conexión natural. Esto puede ser debido a muchos factores aunque el más habitual suele tener que ver con algún trauma psicológico.
Por ejemplo, algo que ocurre con cierta frecuencia es que las madres a las que durante el parto se les ha dicho que había complicaciones con el bebé, las que han perdido otros bebés anteriormente sientan tanto miedo de perder el bebé actual que, de alguna manera se protejan de una posible pérdida no permitiéndose (de forma totalmente inconsciente) encariñarse con su bebé. Si detectas un problema para sentir ese cariño o crear ese vínculo con tu bebé pasadas unas semanas desde su nacimiento es importante que acudas a un psicólogo especialista (psicólogo perinatal) que te ayude a encontrar la causa de esa dificultad y ponerle remedio.
Todos los niños son únicos
Es posible que tu bebé te parezca feo nada más nacer. Todos los niños cambian ligeramente sus rasgos en las primeras semanas de vida y en la mayoría de los casos esto es suficiente para que esas preocupaciones de los padres queden en el olvido. Pero hay una realidad a la que no podemos dar la espalda.
Todos los niños son únicos y especiales. Independientemente de su aspecto físico, su carácter, su inteligencia o su forma de ser hará que ese niño, tu hijo sea un ser único y especial y eso es lo que hace que para la mayoría de los padres su hijo sea el más guapo del mundo.
He conocido a muchos padres de niños con discapacidad que sufren alteraciones en su capacidad de aprendizaje, en su carácter o en su aspecto físico. Pero si preguntas a esos padres todos te dirán que sus hijos son únicos, especiales y que no los cambiarían por nada del mundo. Todos vamos a encontrar en nuestros hijos algún aspecto que nos decepcione de alguna manera o que no se ajuste a lo que esperábamos. Puede que sea su aspecto físico, o su manera de enfrentar la frustración o el simple hecho de que no salga muy deportista.
Lo más importante en todos los caso es que seamos capaces de querer a nuestros hijos tal y como son porque es lo que necesitan y porque cuando les miramos con amor veremos en su rostro toda la belleza que hay en su interior.
Por Álvaro Bilbao. Autor de El cerebro del niño explicado a los padres.