Durante los próximos meses, incluso años, vamos a escuchar hablar de la “generación blandita”. A la prensa le encantan los términos sensacionalistas y por eso me temo que se le va a dar mucha bola a este nuevo concepto. Ciertamente, parece que en algunos aspectos nuestros hijos sean algo blanditos. Es posible que los padres helicópteros y la hiperpaternidad estén instauradas en más casas y con más fuerza de lo que sería deseable. Pero no nos dejemos engañar por las expresiones fáciles y por las modas. La palabra “blandito”, es demasiado ambigüa y creo que lo último que nos conviene es regresar a algunas prácticas del pasado. Para evitar criar hijos blanditos no debemos volver a la mano dura…ni mucho menos. Para aclarar lo que realmente necesitan los niños y lo que no necesitan he elaborado esta lista de 5 cosas que SI harán a tus hijos más blanditos y 5 cosas que NO harán a tus hijos más blanditos.
NO. Darles amor y afecto nunca es hacer a un niño más blandito. Sabemos que el afecto ayuda a la construcción de una buena autoestima, de confianza y de habilidades sociales como la asertividad. Por eso dar afecto a los niños no debe ser nunca equiparado con hacer hijos blanditos.
SI. No hacerles entender que en algunos momentos tienen que esperar o que no pueden tener siempre lo que quieren SI es hacer a un niño más blandito. La capacidad para tolerar la frustración es una de las habilidades que ofrece más resiliencia (resistencia emocional) y, por tanto es bueno y necesario que los niños escuchen “No” cuando sea oportuno.
NO. Meterles en la cama de los padres no es hacerles más blanditos. El niño necesita mucho afecto físico por parte de los padres. Con esto no quiero decir que los niños deban dormir con los padres necesariamente pero si quiero decir que no hay nada negativo porque lo hagan. Practiques el colecho o no, la cama de los padres debería ser visitada por los niños con frecuencia…compartir una mañana de sábado con los niños en la cama no hace mal a nadie, fortalece los vínculos y como todos sabemos…”Familia unida…jamás será vencida..”.
SI. Dárselo todo nada más pedirlo SI es hacerles más blanditos. Es bueno que los niños aprendan que las cosas no llegan a sus manos porque sí. Si quieres que tu hijo sea fuerte dale al menos la oportunidad de ganarse las cosas por sí mismo.
NO. Respetar que el niño no quiera comer algo NO es hacerles más blanditos, es preocuparse por su salud. Sabemos que los niños que son obligados a comer desarrollan más fobias alimenticias. Si quieres que tus hijos coman mejor hay muchas estrategias, pero obligarle a comer sólo hará que coma peor.
SI. Dejarles jugar a los dispositivos electrónicos cada vez que les apetezca SI es hacerles más blanditos, porque en lugar de desarrollar la capacidad de entretenerse por si mismo y fortalecer su capacidad de imaginación y concentración estarán invirtiendo su tiempo en un entretenimiento externo que, por lo que sabemos podría interferir en el desarrollo de esas capacidades.
NO. Dejar que el niño juegue libremente, sin obligaciones extraescolares NO es hacerle más blandito, porque es lo que su cerebro necesita durante los primeros años. El juego libre favorece el desarrollo de su imaginación, deseo de descubrimiento y aprendizaje. Puede parecerte que son asuntos triviales pero estas habilidades son posiblemente las más importantes para llegar a conquistar cualquier meta que se plantee en la vida…así que de blandito, nada de nada.
SI. Dejar que el niño haga siempre lo que le apetezca sin poner ningún tipo de límites y normas, SI hará que el niño sea más blandito. Los niños que crecen sin normas claras suelen crecer con inseguridad. El cerebro del niño demanda normas y pautas simplemente porque necesita comprender como funciona el mundo y las personas.
NO. Indicarle aquellas cosas que creemos que está haciendo bien y señalarle aquellas cosas que creemos que no debe hacer NO es hacer al niño blandito. Muchos padres se dejan guiar por la leyenda urbana de que los refuerzos y límites son negativos, pero nada más lejos de la realidad. Como todo, si nos pasamos con los refuerzos o con los límites (o nos quedamos cortos) podemos motivar que los niños sean inseguros o dependientes de los padres, pero aplicarlos con cariño, ternura y sentido común es una de las estrategias más eficaces para ayudar a los niños a crecer como adultos responsables, satisfechos y seguros, algo bien demostrado por la ciencia.
Y por último SI. Gritarles, amenazarles o darles un azote SI les hará más blanditos, porque en lugar de enseñarles autocontrol (una habilidad que requiere de una gran fortaleza mental y emocional) les estarás enseñando todo lo contrario, falta de control. Además dañarás su sentimiento de seguridad y autoestima facultades que les pueden hacer más resistentes en la vida. Y porque pegar a un niño…siempre ha sido de blanditos….de MUY BLANDITOS!!
Como podéis ver hay muchas cosas que sí harán a vuestros hijos más blanditos, aunque no son las que el término sugiere. También hay muchas cosas que pueden sugerir ser blanditos pero en realidad ofrecen fortaleza al niño. Si buscamos el término sensacionalista pero no buscamos un equilibrio en la educación, es muy posible que esta generación sea ciertamente, algo blandita. Aunque no más blandita que aquella que fue educada con bofetadas, que no entendía la fortaleza de educar desde el respeto o que era demasiado insegura como para mostrar sentimientos. Por eso, desde mi libro y curso online siempre abogo por una educación y crianza equilibrada en la que el afecto se exprese sin contemplaciones y los límites y normas se hagan respetar con ternura.
Buenísimo el aporte. Reciba un cordial saludo.
Siempre estoy de acuerdo con lo que escribes/dices. Me encanta!
Estoy en proceso de ser maestra.
Buen contenido y claramente eduacr es mejor que déjarlos ir